Un grupo de más de 700 médicos emitió un pronunciamiento en donde alertan que el «precario sistema de salud (de Nicaragua) se encuentra en vías de saturación, con una alta probabilidad de colapsar en los próximos días, lo que pone a la población general en un elevado riesgo de muerte debido a la falta de recursos sanitarios para enfrentar» la pandemia del COVID19.
De acuerdo a los datos del Ministerio de Salud, en Nicaragua existen 12 camas por cada 10 mil habitantes, lo cual es el equivalente a 7,778 camas hospitalarias. Además, el sistema de salud también cuenta con 6,482 doctores, 5,181 enfermeras y 5833 auxiliares de enfermería, y 73 hospitales entre primarios y de referencia nacional.
Según los médicos, muchos profesionales de la salud han sido contagiados con el virus del COVID19 «lo que ha mermado la capacidad de atención a la población y conducido al agotamiento temprano de dichos recursos. Muchos trabajadores se han visto forzados a abandonar su noble labor por falta de condiciones apropiadas y para no continuar exponiéndose a la infección por el virus».
Hasta el 13 de mayo, el Observatorio Ciudadano COVID19 Nicaragua reporta al menos 154 trabajadores de la salud con sintomatología relacionada al virus y los cuales no habrían sido enviados de subsidio según confirmaron fuentes a Nicaragua Investiga. El procedimiento a seguir es que el personal médico contagiado llene una ficha con sus datos, síntomas y enfermedades crónicas si padecen, y los envían entre 7 a 21 días de «resguardo domiciliar», pero no de subsidio.
Hasta la fecha, el MINSA solo ha reportado 25 casos positivos, de los cuales 8 han fallecido, sin embargo estos datos se encuentran desactualizados desde hace una semana debido a que las autoridades sanitarias no han informado sobre el avance de la pandemia en el país. Sin embargo, el Observatorio Ciudadano reporta hasta el 13 de mayo 1,270 posibles casos positivos y 266 decesos por síntomas asociados a la pandemia. Este registro también enfatiza en que los focos de infección estarían localizados en Managua, Chinandega, Masaya y Matagalpa.
Por otro lado, los médicos exponen en su pronunciamiento que el incremento exponencial de la curva de casos positivos inició en el mes de mayo y es posible que «sin medidas de mitigación se extienda por varias semanas, con un impacto brutal de letalidad en la población general. Desde hace días ha sido noticia cotidiana el desconcierto, dolor y luto que y a se está provocando a muchas familias nicaragüenses. Muertes que pudieron ser evitadas»
De igual manera, los médicos muestran su descontento por la posición que han mantenido las autoridades gubernamentales ante la pandemia, pues consideran que han permanecido «impasibles pretendiendo normalizar la realidad, anteponiendo los aspectos económicos a la salud de la población nicaragüense, convirtiéndonos en un potencial foco de diseminación de la infección para el resto de Centro América»
Los médicos también recomendaron a las autoridades aplicar medidas como la suspensión de actividades masivas, el cierre temporal de centros de educación (primaria, secundaria y superior), la suspensión de actividades no esenciales que impliquen presencia física y -de ser necesaria- la cuarentena comunitaria, para reducir los contagios y no saturar al sistema de salud.
«Llamamos a toda la sociedad civil, iglesias y fuerzas económicas del país a tener una participación más activa en la defensa de la salud y la vida de la población nicaragüense ante el COVID-19. Es hora de unir esfuerzos para detener la pandemia (…) solicitamos también que la OPS/OMS, Naciones Unidas y organizaciones de Derechos Humanos valoren in situ el manejo de la pandemia de parte de las autoridades de salud de Nicaragua», concluyeron los profesionales de la salud.
Foto principal: Nicaragua Investiga
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