Las clases en los colegios públicos aún continúan con normalidad a pesar que Nicaragua se encuentra en la fase de transmisión local comunitaria.
El Ministerio de Educación aún no ha brindado un comunicado oficial para indicar si los encuentros presenciales serán suspendidos, algo que se esperaba sucediera cuando la pandemia se agudizara, lo que ya sucedió al pasar de 25 a 1,118 casos en solo tres semanas.
Un docente de un colegio público que prefiere el anonimato por temor a represalias, dijo a Nicaragua Investiga que los padres de familia son ahora los únicos que pueden presionar para que las autoridades educativas reconsideren su decisión.
Padres no asumen su rol
“Los padres no han asumido su rol como padres, yo con mi hijo no lo mando (a clases). Los padres están esperando que el gobierno haga y el gobierno no hace”, dice el docente.
Este profesor considera que se está poniendo en riesgo la salud de los educadores, el personal administrativo, niñas y niños, así como a las familias con las que estos conviven luego de salir de clases.
Poca asistencia de estudiantes
El docente dice que de más de mil estudiantes que registra ese centro escolar, solamente llegan unos 50 y se le imparte clases.
“Te voy a poner claro lo que nos bajaron a nosotros los docentes: un alumno que esté a ese alumno le da clases. No hay alumnos en el aula, ahí te estás agarrando la quijada y el que va a pasar es el presencial, el que no va a pasar es el que no llega”, dice el maestro en referencia a la orden del Mined de aplazar a los alumnos que han decidido resguardarse en casa por temor al contagio.
Seguir las clases; “conducta criminal”
Jorge Mendoza, Director Ejecutivo del Foro de Educación, dijo a este medio de comunicación que el gobierno de Nicaragua “mantiene una intolerancia por la no suspensión de clases para aparentar o seguir aparentando una normalidad”.
Mendoza a su vez es vocero de la Federación Coordinadora Nicaragüense de la Niñez y la Adolescencia (CODENI), y expresa que desde la organización no consideran que haya algún argumento válido para continuar las clases.
El director ejecutivo también mencionó: “900 millones de estudiantes en el mundo que están sin recibir clases, y América Latina 166 millones de estudiantes están sin clases».
«Somos el único país de América Latina que continúa dando clases en la fase de transmisión comunitaria”, dice Mendoza.
Mendoza aseguró que la no suspensión de clases es una conducta “criminal” que encaja en el artículo 159 del Código Penal.
El artículo 159 del Código Penal de Nicaragua expresa quien exponga al peligro la vida o la integridad de alguna persona, será penado con prisión de seis meses a dos años.
Imponerse al Estado
El exministro de Educación Humberto Belli considera que hay que tomar una iniciativa colectiva para que los padres de familia no envíen a sus hijos a clases si ven el riesgo de que puedan contagiarse.
“Tiene que ver una reacción de colectiva de responsabilidad porque si el gobierno no toma las medidas la tienen que tomar los particulares”, sostiene el exministro de Educación.
El vocero de CODENI expresa que existe un “chantaje” del Ministerio de Educación que no permite que los padres tomen esta decisión con total y absoluta independencia.
-“Varias de ella han sido: las amenazas por cancelar las matrículas, las amenazas que van a perder sus hijos el año”, dice
Po otra parte, Jorge Mendoza señala que la los pocos niños y niñas que aún van a clases es porque mantienen un programa de “alimentación escolar” y eso es una motivación para las familias más pobres.
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