El COVID-19 puede transmitirse tan rápido de manera sigilosa debido a que muchos individuos no presentan síntomas durante los primeros días de haberse contagiado.
De tal manera que el coronavirus, desde este punto de vista se asemeja a una enfermedad de transmisión sexual.
Según expertos citados por la BBC Mundo, existe una delgada línea entre la dureza y la transmisibilidad de un virus. Algunos pueden ser tan fuertes que matan o incapacitan a su huésped, sin embargo se ven limitados de infectar a otros.
Existen también los que generan poco daño, pero no pueden crear suficientes copias propias para volverse infecciosos. A diferencia de esto el SARS-CoV-2 que causa el COVID-19, esquiva dicha nivelación evolutiva.
Esta característica del coronavirus, provoca que por lo general los síntomas no aparezcan hasta que la persona infectada ha estado propagando el virus durante varios días.
Síntomas visibles una vez que el COVID-19 logró su meta evolutiva
Un reportaje de la BBC Mundo, señala que un estudio del SARS-CoV-2 estimó que la tasa más alta de transmisión viral tiene lugar uno a dos días antes de que la persona infectada comience a mostrar síntomas.
Es decir que la persona se siente enferma cuando el virus ya logró cumplir con su meta evolutiva, que es propagarse.
Estos virus que logran hacer copias de sí mismos y hacer que éstas entren dentro de nuevos huéspedes, tienden a ser más exitosos.
De manera que se vuelven a su vez más persistentes hasta que la inmunidad del huésped o medidas de salud pública lo contienen.
¿Por qué es comparable con una ETS?
El doctor e infectólogo Carlos Quant, expresa que dicha comparación se hace debido a que, el COVID-19 al igual que las enfermedades de transmisión sexual, puede transmitirse en el periodo presintomático o asintomático.
«Es decir que algunas enfermedades como el VIH, como la Sífilis efectivamente o como otras, pueden transmitirse cuando la persona se encuentra en el periodo asintomático», destacó Quant.
Agregó también que dicha semejanza se hace no por la forma de transmisión, sino por el periodo de ésta.
El infectólogo ejemplificó cómo la enfermedad crónica del VIH es transmisible a través de las relaciones sexuales, a diferencia del coronavirus que no se transmite por la misma vía.
También mencionó que aún no se ha demostrado con precisión siquiera que este virus sea transmisible por las heces, ni de manera sexual.
Mecanismos de contagio característicos del coronavirus
Quant agregó que si saben dos mecanismos de contagio del COVID-19, uno es por el contacto de secreciones respiratorias de una persona que esté contagiada a otra.
El otro mecanismo sería por las vías respiratorias, así como también por gotas y aerosoles que se forman en ambientes cerrados, esto sucede cuando las personas hablan o estornudan.
A su vez señaló que cuando el personal de salud requiere realizar un procedimiento invasivo en pacientes, como la colocación de un tubo endotraquial.
«La vida siempre busca su camino para evolucionar»
Quant hizo énfasis en la frase célebre, «la vida siempre busca su camino para evolucionar», al explicar que los virus siempre buscan la manera de desarrollarse.
Mencionó que muchas de las características de los virus es que sus mutaciones son aleatorias, es decir que en la medida en que mutan se vuelven más agresivos e incluso pierden capacidad inefectiva.
«El coronavirus tiene la capacidad de afectar a jóvenes, a personas que no presentan síntomas (incluso estos son quiénes diseminan en gran medida la infección)», detalló el infectólogo.
Quant dijo que estos grandes diseminadores pueden duplicar el índice de reproductividad, logrando infectar a grandes cantidades de personas.
Señaló que éstas personas son las causantes de lograr que la infección se disemine en un comunidad y luego aquellas que son más susceptibles, como las personas mayores, son las que sufren las complicaciones.
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