La vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, arremetió nuevamente contra los opositores del gobierno y defensores de derechos humanos, tildándolos con calificativos de «infames» y «terroristas». En su acostumbrada alocución del medio día, dijo que los nicaragüenses tienen derecho a vivir en «familia» y en una supuesta «tranquilidad».
«Nuestro derecho supremo, y entendámoslo todos, es la paz y el amor es nuestro invariable único camino. Queremos nuestra patria libre y soberana”», dijo la vocera del partido horas después que el director de Confidencial, Carlos Fernando Chamorro, junto a Vilma Núñez de Escorcia, directora del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) fueran empujados y agredidos por antimotines, mientras demandaba la devolución del medio.
Antimotines agreden a Carlos Fernando Chamorro
«Nicaragua para el cariño, nunca para el odio. Nicaragua precisamente para la tranquilidad, la unidad, la fraternidad, el bien común como cultura y modo de vida», asegura la vicepresidenta. Según Murillo, en Nicaragua se vive como pueblo «cristiano, como familia en tranquilidad».
Endiosa la gestión de Ortega
Por otra parte endiosó la gestión del gobierno de su esposo, Daniel Ortega, a pesar que ha sido rechazado por la comunidad internacional.
«Cuando nosotros pensábamos en cómo estábamos cuando recibimos en enero de 2007, sabemos que a pesar de la infamia, a pesar de los crímenes terroristas, del egoísmo terrorista, de la crueldad terrorista, de la falta de humanidad en esos intentos diabólicos. Aquí ganó el amor (…) en este pueblo cristiano queremos seguir viviendo con amor», expresó Murillo en relación al estallido social de abril de 2018.
En las protestas de ese año se registraron crímenes de lesa humanidad, según organismos nacionales e internacionales de derechos humanos. Durante la represión se contabilizó más de 300 fallecidos y miles de nicaragüenses se vieron obligados a irse al exilio producto de asedio policial.
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