La carga excesiva de tareas escolares es un problema que aqueja a muchos padres y madres de familia, quienes entre las asignaciones laborales y los pendientes domésticos, deben además encontrar tiempo suficiente para ayudar a sus hijos con las tareas del día.
Teletrabajo y educación virtual: un privilegio que no aplica para todos
Ahora, con la llegada de la pandemia de COVID-19, algunas escuelas y universidades privadas del país iniciaron a implementar la educación virtual para asegurar el distanciamiento físico. Esto supuso que las instituciones y maestros implementaran estrategias a las cuales no estaban acostumbrados y a las que los alumnos tampoco estaban preparados debido a las desigualdades de acceso a conexión.
Las plataformas digitales pasaron de ser percibidas como medios de entretenimiento y de investigación ocasional para los estudiantes, a ser su principal herramienta para continuar con sus aprendizajes. Así, puede observarse a estudiantes de todas las edades que desde tempranas horas de la mañana están sentados frente a sus pantallas para cumplir con una serie de asignaciones día a día, sin un horario de cierre establecido.
La nueva modalidad ha provocado que muchos padres y alumnos cuestionen la falta de preparación para este sistema a distancia, llegando incluso a surgir señalamientos de que algunos maestros solo se enfocan en abarcar la totalidad de sus temarios sin importar qué tanto están aprendiendo los estudiantes, y que las autoridades educativas sólo se preocupan por las estadísticas.
¿Nueva escuela o sobrecarga?
Rosemary Mayorga, investigadora adjunta del Centro de Investigación y Acción Educativa Social (Ciases), comparte que la educación remota de emergencia ha convertido al hogar en «la nueva escuela», donde las familias asumen el complejo proceso del aprendizaje del menor sin haber estado preparadas para ello.
Los adultos deben regresar a su etapa de estudiantes, y además los procesos educativos han evolucionado con los años por lo que deben adecuar la forma en que enseñan y acompañan al estudiante, tomando en cuenta al mismo tiempo su individualidad y su propio proceso de aprendizaje.
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Y aunque el tema del exceso de tareas se ha mencionado desde antes de la pandemia, al estar ahora desde casa se ha creado una sobrecarga en las mismas, pues los alumnos no solo tienen las tareas asignadas para casa, sino que también deben cumplir con las asignaciones que se hacían normalmente en la escuela dentro de un mismo espacio y horario.
De hecho, durante los últimos años ya se venían presentando discusiones respecto a la viabilidad de asignar tareas para que los estudiantes lleven a sus hogares. Mayorga opina que estas no deberían asignarse «por el simple hecho de que los niños y las niñas en su proceso de aprendizaje son difíciles de llevar, y por lo general, a veces están a cargo de un familiar, no siempre está mamá y papá porque están trabajando, y no se lleva el acompañamiento que debería de tener este proceso».
Afectaciones
Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) también ha advertido sobre las consecuencias del exceso de las tareas escolares en los estudiantes. La psicóloga Andrea Pomares asegura que una sobrecarga «les puede ocasionar problemas de conducta, problemas ansiosos y depresivos».
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Sumado a esto, dependiendo de la modalidad de estudio, algunos pueden desarrollar «algún tipo de trastorno de aprendizaje, pero también retrasos educativos, problemas con los hábitos de estudio, o aversión a los estudios también por la metodología usada al impartirse los contenidos».
Y recuerda que la mayoría de los trastornos que se pueden desarrollar en una etapa adulta también se pueden desarrollar desde niños, «es decir que hay ansiedad y hay ansiedad infantil, hay depresión y hay depresión infantil, y hay estrés, el cual por definición es un desgaste emocional, físico, psicológico, por una auto exigencia que el mismo individuo coloca sobre sí mismo» y que los niños también llegan a experimentarlo.
«La diferencia es el cuadro sintomatológico» y detalla que algunos reflejos de que los menores estén bajo estrés pueden ser el exceso de sueño, exceso de consumo de alimentos o la presencia de problemas digestivos.
Pomares comparte que para enfrentar el exceso de tareas es necesario contar con una estructura de estudio u horario que permita al menor y los tutores organizarse, destinando tiempo de recreación para crear un balance. De igual forma, destaca que es importante que el niño esté rodeado de personas que quieran colaborarle con sus labores; y que el tutor sepa delegar, permitiéndole cometer errores y que los corrija a su manera para enseñarle autonomía y responsabilidad, además de evitar situaciones que generen más estrés y ansiedad.
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Asimismo, reconoce las afectaciones que esta sobrecarga puede tener sobre el tutor que se encarga de colaborarle al estudiante con las tareas, «afecta de muchas maneras, no solo en la psicológica, sino también en la económica, ocasiona ansiedad el exceso de materiales para la realización de estas tareas, y obviamente eso ocasiona un desgaste emocional». Por ello, insiste en que es importante la planificación.
Falla del sistema
«Todo sistema educativo tiene sus debilidades y fortalezas, parte del nuestro es que el sistema educativo primario, principalmente de las públicas, no estaban preparadas para enfrentar las situaciones que se vinieron y esto ocasiona un estrés en los maestros» el cual termina reflejándose en el desarrollo de las clases, señala la psicóloga.
Por su parte, Mayorga destaca que la responsabilidad no recae únicamente en los centros educativos o maestros, sino que viene desde el sistema de educación mismo, «porque a los docentes se nos orienta que tenemos que cumplir con una temática en cierto periodo, no tomando en cuenta la adquisición que el estudiante adquiere en ese proceso, entonces se debería evaluar desde el sistema».
«Estos escenarios se deben de poner sobre la mesa, con todo el sistema educativo del país, tomando en cuenta la vulnerabilidad de algunos sectores, porque hay sectores privilegiados que cuentan con recursos para poder apoyar en los procesos educativos, pero también tenemos el otro sector que está carente de esos recursos, sobre todo del factor tiempo porque en las familias la mayoría de los padres trabajan y no pueden acompañar a los niños en el proceso… Es este sentido de responsabilidad de la escuela, la familia y el niño».
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