Amada Tinoco Morazán jamás pensó vivir dos veces en dictadura. A sus 70 años, Tinoco, conocida como «la abuelita vandálica» de Matagalpa, tras hacerse viral en las redes sociales por alzar una de las banderas más grandes en las marchas antigubernamentales, reflexiona en «cómo llegamos a estar en lo mismo», en referencia a la llegada al poder de Daniel Ortega. Esta es su historia.
El 13 de septiembre de 1941, en el municipio de La Concordia, departamento de Jinotega, Antonia Morazán, ama de casa, dio a luz a su hija número nueve, a la que nombró Amada Tinoco Morazán.
Amada, desde su corta edad recibió las primeras lecciones de vida. Su papá Rafael Tinoco, la involucró en el trabajo del campo; de adolescente la ponía a cuidar los cafetales y recuerda que su papá le colgó una escopeta en su hombro y todas las noches debía vigilar el patrimonio de la familia Tinoco Morazán.
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Entre suspiros y risas, cuenta que su papá la cuidaba bastante y dice recordar algo que él siempre le decía: “No había conchas para esta perla”, porque no quería que su hija Amada Tinoco se casara con nadie. “A la única que le dio permiso de casarse fue a una que se llama Francisca Tinoco, pero no la fue a entregar”, contó entre risas a Nicaragua Investiga, agregando también que su papá les pagaba a sus maestros para que llegaran a su casa a darles clases.
Su pasión por la lectura y su oficio soñado
Una de las metas por alcanzar era ser docente. Cuenta que le encantaba la lectura desde muy pequeña, por lo que optó a una beca para estudiar y pudo cumplir su meta en el año 1961 al graduarse en magisterio, en la escuela Normal del departamento de Estelí.
“Nos presentamos seis para hacer examen y ganarse la beca, pero solo yo aprobé y así pude estudiar mi carrera», manifestó. De dicha profesión dice sentirse orgullosa, ya que de sus enseñanzas salieron doctores, abogados, y hasta policías.
El peor dolor de su vida
Todo marchaba muy bien, hasta que a sus 27 años, vivió lo que para ella seria el peor dolor de su vida, la muerte de su mamá a causa de un derrame cerebral. Años más tarde, también falleció su papá por complicaciones de salud, ya que era hipertenso.
Después de fallecer, Antonia Morazán madre de Amada Tinoco, dejó el departamento de Jinotega para irse a vivir a Matagalpa, donde desarrolló su profesión y se destacó impartiendo clases en diferentes escuelas como el Progreso, La Carlos Fonseca, y el actual Instituto Nacional Eliseo Picado entre otros.
De una dictadura a otra
El conflicto armado de 1979 de la Revolución Sandinista contra la dictadura de Somoza en Nicaragua, marcó la vida de Amada Tinoco Morazán.
Amada dice que apoyaba el ideal de Augusto C. Sandino, pero asegura que desde que Daniel Ortega llegó al poder, vio que todo era puro discurso, pero su animadversión hacia el mandatario tiene otros orígenes.
“Tomas Borge mandó a matar a mi primo Fanor Rodríguez, lo mandó a secuestrar, lo torturaron, le sacaron las uñas con pinzas, le abrieron el estómago, le echaron ácido de batería en la cabeza, y lo fueron a tirar en la entrada a Terrabona”, relata Tinoco. Desde entonces dice odiar al Frente Sandinista.
Su resentimiento hacia el partido lo mantuvo en discreción hasta el 2006 cuando Daniel Ortega vuelve a tomar el poder y es hasta el 2018 cuando iniciaron las protestas en Nicaragua que ella salió a las calles con su bandera.
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“Golpearon ancianitos por exigir sus derechos, eso me llena de rencor, de odio. Yo iba a las marchas y mi bandera era la más grande de todas. Hemos recibido amenazas, asedio, agresiones, pero yo voy a seguir alzando mi voz por los más de 300 muertos, los exiliados” señaló Amada Tinoco.
Enfermedad en medio del caos
Tinoco cuenta que en una de sus salidas a protestar, recibió un empujón por parte de un “paramilitar”, lo que le provocó un dolor en el pecho, por lo que decidió ir al médico, pero la realidad es que tenía un cáncer de mamas que atentaba contra su vida.
“Yo estoy batallando con esa enfermedad. Viajo a Managua una vez por mes. Mi salud no está en la mejor etapa, a veces se me olvidan las cosas, o las repito, pero yo seguiré mientras tenga vida luchando por mi Nicaragua linda hasta que Dios me lleve”, expresó.
Recientemente fue operada de una mama, y aunque está batallando aún por esa y otras enfermedades, se muestra con ganas de seguir en esta vida luchando por lo que considera correcto.
Xiomara Tinoco Morazán es la única hija de la “Abuelita Vandálica” y es quien la acompañaba a las protestas. Aunque la lucha entre ellas es la misma, dice no temer, porque “yo ando con ella en todos lados, yo la cuido, y me siento bien ella se exprese como quiere porque eso la hace sentir bien”, manifestó Xiomara.
“El divisionismo entre postulantes tiene “molesta a la abuelita vandálica”.
Tinoco en medio de su condición está informada de lo que ocurre en la política. La falta de unidad de la oposición señala que la tiene molesta. «Parece que cada uno va por intereses personales y no por el pueblo, ese divisionismo dejará a Daniel Ortega otra vez en el poder, por culpa de los partidos políticos”.
En lo personal asegura tener sus candidatos favoritos: Medardo Mairena y Cristiana Chamorro porque según ella «son quienes podrían sacar del poder a ese asesino».
“A mí me gustaría que mis nietos crezcan en libertad, yo ya me pasé lo que debía pasar, debí haberme muerto hace rato, pero aquí sigo (…) que se vaya el dictador, que no quede otro igual a él, derrocamos a Somoza que era dictador para que siga otra dictadura. Bolaños a qué se dedicó, a sacar mantillas de Arnoldo Alemán, todos los candidatos son oportunistas”, reflexiona.
La abuelita vandálica asegura que esta lista para las elecciones del 2021, y pide a los demás nicaragüenses se “unan para hacer posible un cambio en Nicaragua” para que sea un país lleno de oportunidades para todos.
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