Daniel Ortega, uno de los pocos aliados del régimen cubano guarda silencio en torno a las protestas históricas que se realizan en la isla y que mantienen al mundo a la expectativa.
Las manifestaciones iniciaron en una comunidad al occidente del país en reclamo a un mejor manejo de la pandemia de Covid19 y rápidamente se extendieron por toda la isla, generando una reacción furibunda del Presidente Miguel Díaz-Canel, que ha llamado a sus partidarios a salir a las calles y «defender la revolución» al costo que sea.
Rosario Murillo, vocera del gobierno, acostumbrada a intervenir constantemente en sus múltiples cadenas de televisión tampoco se ha pronunciado sobre los acontecimientos que dejan en evidencia que hay una amplia oposición en Cuba, que se encontraba reprimida por la fuerza militar, y el férreo control de la comunicación y otras áreas del Estado.
Esta tarde, los medios oficialistas apenas se limitaron a reproducir el violento discurso de Díaz-Canel que ha causado indignación social e internacional, por cuanto se considera «un llamado a la guerra civil», según declaró el congresista estadounidense Marco Rubio.
La amenaza del presidente de Cuba: "Estamos dispuestos a todo"
Díaz-Canel repitió el discurso antiimperialista que caracteriza a los mandatarios de los tres países de la izquierda latinoamericana acusados de graves violaciones a los derechos humanos, así como de atacar con violencia a su población, siendo estos Nicaragua, Cuba y Venezuela.
Además advirtió: «Estamos dispuestos a todo», una consigna muy parecida a la que en 2018 difundió Rosario Murillo a sus partidarios a quienes les dijo: «vamos con todo», para defender su continuidad en el poder.
Condena de la OEA
El Secretario General de la Organización de Estados Americanos OEA, Luis Almagro condenó el llamado hecho por el mandatario cubano a sus fanáticos y dijo que reconoce como «legítimo reclamo de la sociedad cubana por medicinas, alimentos y libertades fundamentales».
«Condenamos al régimen dictatorial cubano por llamar a civiles a reprimir y a la confrontación contra quienes ejercen sus derechos de protesta», escribió Almagro en su cuenta oficial de Twitter.
Una situación similar ocurrió el 12 de noviembre de 2019 cuando Evo Morales, entonces presidente de Bolivia, y otro aliado del sandinismo se vio obligado a salir del país tras una serie de protestas que denunció como «un golpe de Estado».
Entonces Ortega mantuvo silencio, hasta mucho después de los eventos, cuando ya el panorama de lo que ocurriría estaba más claro. Cuando Evo Morales aterrizó en Nicaragua donde se convocó de emergencia una reunión de emergencia por lo sucedido, el caudillo sandinista amenazó con «retomar las armas» en contra de Estados Unidos.
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