Julio Mondragón tiene que viajar más de cinco horas hacia Managua para obtener un frasco de antirretrovirales que dura un mes. Es una parte esencial de su tratamiento para el VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana).
¡Toc! ¡Toc!, suena la puerta del área de Infectología de la clínica pública que cada lunes atiende, al menos, a cincuenta pacientes con VIH. Mondragón cree será asistido con prontitud, pero se desilusiona al ver la sala llena. Prefiere esperar porque esta medicina le garantizará sobrevivir.
—Pase —dice el enfermero.
El mismo procedimiento desde que le detectaron el virus hace cuatro años.
— ¿Se ha sentido enfermo? ¿Hay algo extraño que haya sentido en los últimos días o semanas? ¿No le ha dado diarrea o tos? —pregunta el médico.
—¡No, doctor! Estoy bien. Lo único que requiero es mi frasco de antirretrovirales para poder irme. ¿Forzosamente debo pasar consultar para obtener mi frasco? —cuestiona Mondragón molesto.
—Lo lamento. Aún no hay frascos en la farmacia (del hospital). Las pastillas no han venido —contesta el galeno con su mirada fría.
Esta situación se ha repetido durante seis meses cada vez que Mondragón llega al hospital para que le monitoreen el virus. Los fármacos antirretrovirales Ritonavir, Abacavir y Truvada para portadores del VIH escasean en los hospitales públicos de Nicaragua y los funcionarios del sistema de salud desconocen cuándo volverán a ser incluidos en el inventario.
De acuerdo con documentos obtenidos por Nicaragua Investiga, desde que empezó la crisis sociopolítica en abril de 2018, los hospitales dejaron de solicitar nuevos lotes de medicina para tratar el VIH, por lo que, a mediados de enero de 2019, empezó a agotarse el inventario.
«He asistido consecuentemente a mis consultas, periódicamente a retiro de medicamento, (con) el cual no he tenido ninguna dificultad, pero ya, a raíz de seis meses atrás, hemos tenido desabasto de medicamento, lo cual es preocupante porque es nuestra vida, porque sin el medicamento no podés vivir, porque una persona con VIH, si no se toma su medicamento, pues, vienen las enfermedades oportunistas y se puede morir sin tomar el medicamento», afirmó Mondragón evidentemente preocupado.
El desabastecimiento fue confirmado y denunciado a Nicaragua Investiga por un trabajador del Ministerio de Salud (Minsa), quien, por razones de seguridad, prefirió omitir su nombre.
El servidor público, también, manifestó que otro problema que han afrontado las personas con VIH es la falta de acceso a los resultados de las cargas virales, que indican la condición de salud del paciente.
«Anualmente o cada seis meses, realizan las pruebas pertinentes para conocer la carga viral del paciente, pero ahora las mandan hacer y no entregan resultados. Es totalmente alarmante esta situación», admitió el funcionario del Minsa.
Un doctor que solicitó ocultar su nombre por motivos de seguridad explicó que la falta de información sobre la carga viral del paciente podría ser letal porque ha habido casos de recaídas.
«En cierto modo, eso te indica si el virus está indetectable o está avanzando. Sí es así, se debe cambiar el tratamiento, pero, si no tenés un panorama claro, no podés recetarle otro tipo de antirretrovirales y la vida de la persona hasta se puede acortar», reveló el especialista.
La ausencia de estos medicamentos está relacionada con la represión que ocasionó más de 300 muertos en el país tras el estallido de las protestas contra Daniel Ortega.
Según la Asociación Nicaragüense de Distribuidores de Productos Farmacéuticos (Andiprofa), el desabastecimiento se debe a que los bancos no están otorgando créditos y que los importadores les están exigiendo a los laboratorios farmacéuticos pagos en efectivo, desembolsos que no están en capacidad de realizar, especialmente, con los medicamentos para el VIH, que son de los más caros.
Estado ha irrespetado compromiso con pacientes con VIH
Arelys Cano, exdirectora de la Asociación Nicaragüense de Personas con VIH (Asonvihsida), corroboró la difícil situación que enfrentan los nicaragüenses que padecen esta enfermedad y lamentó que, «a estas alturas», el Estado no haya asumido un compromiso con estos ciudadanos, cuya calidad de vida depende, en gran parte, de los medicamentos.
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«No debería estar habiendo estos desabastecimientos. A veces, había problemas de abastecimiento de medicamentos en los hospitales, pero resulta que siempre podían fallar 15 días, podían fallar ocho días, pero esta vez ya no fueron ni 15 días ni ocho días, sino ya dos meses, tres meses. Significa un problema serio en la vida de las personas. Cuando dejan de tomar medicamentos más de tres meses, puede causar resistencia a la medicación o cambio de esquemas, que eso podría agudizar más lo que tiene que ver con la calidad de vida de la persona con VIH», denunció Cano.
Días después de conceder esta entrevista, Cano declaró ser víctima de amenazas de muerte por parte de fanáticos orteguistas, quienes, además, se atrevieron a proferir amenazas contra las hijas de la activista.
Sin datos sobre el VIH
Pese a la magnitud de la enfermedad, el Estado de Nicaragua ha ocultado las cifras más recientes sobre pacientes infectados. Hace dos años, en junio de 2017, fue la última vez que la vocera del Gobierno —y ahora vicepresidenta—, Rosario Murillo, abordó ampliamente el tema.
En ese entonces, el Gobierno presentó un informe sobre el VIH/Sida con datos a nivel nacional. Murillo reportó que 9728 personas tenían VIH y que estaban registradas por el Minsa. Asimismo, aseguró que, desde el primer caso detectado en 1987, se han diagnosticado 12 157 pacientes con esta enfermedad —65 % hombres y 35 % mujeres—.
A pesar de la gran cantidad de personas con el virus, el Gobierno de Ortega ha minimizado la atención a estos ciudadanos, critica Arelys Cano.
«El Estado tiene la obligación con estos pacientes. Como lo dice la misma ley del VIH: ellos tienen que responder ante esta problemática (…) deben garantizar la disponibilidad de reactivos que tienen que ver con pruebas de carga viral y CD4, que estos son los exámenes especiales que se hacen para medir la cantidad de virus o cómo el sistema inmunológico de la persona está», detalló la defensora de las personas con VIH.
Crisis de retrovirales también se ha dado en Venezuela
Un fenómeno similar ocurrió en Venezuela cuando en la nación petrolera inició su peor crisis política. De hecho, en diciembre de 2018, en el Día Mundial de Lucha contra el Sida, las organizaciones no gubernamentales Acción Solidaria y Red de Gente Positiva denunciaron que la escasez de retrovirales en Venezuela era del 95 %.
«No hay reactivos de conteo de CD4 y carga viral desde hace cuatro años. No hay reactivos de genotipo (resistencia viral) desde hace seis años«, aseveraron las oenegés al diario EL PAÍS.
La falta de medicinas ha originado graves consecuencias. El 26 de diciembre de 2018, el diario El Tiempo informó que las autoridades del departamento norte de Santander (cuya capital es Cúcuta) reportaron la muerte de 63 venezolanos por enfermedades asociadas al VIH en los últimos tres años. En 2018, fallecieron 5000 venezolanos, alertó la Red Gente Positiva.
«Nosotros somos personas viviendo con VIH y, al no tomar este medicamento, caemos ya en la segunda etapa, que es la etapa sida, que ya es cuando te morís», advirtió Mondragón.
Espere el video de un trabajador del MINSA en nuestro canal de Youtube
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