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«Estaba pidiéndole a Dios no morir porque tengo una hija», un barbero en silla de ruedas

Kevin Pérez iba dormido en la tina de la camioneta que conducía una persona que se durmió; el vehículo dio un giro y él fue a impactar contra un árbol, fracturándose dos huesos de la columna cervical. Ahora pide dos deseos para seguir adelante.

La vida de Kevin José Pérez Chávez dio un giro completamente rotundo cuando tenía 21 años de edad. Con tantas metas y propósitos por alcanzar, como poder concretar su sueño de instalar una barbería, sufrió un accidente de tránsito en el que impactó su columna cervical contra un árbol.

Era un 27 de marzo de 2016, cuando Kevin iba dormido en la tina de la camioneta que conducía una persona que se durmió. Esto provocó que el vehículo diera un giro en “U” a alta velocidad, y él fue a impactar contra el árbol.

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Como consecuencia del impacto, el joven barbero perdió la habilidad de caminar. Se dio cuenta que no sentía sus piernas cuando se despertó en el hospital, tratando de bajarse de la cama para irse a su casa.

“Yo no tenía ni un golpe. Todo fue interno. Estaba pidiéndole a Dios no morir porque tenía una hija, una barbería, era tan joven y tenía mi familia”, recuerda a cuentagotas.

“Mamá no siento mis piernas”

El muchacho, quien ahora tiene 27 años, relata que su mamá llegó al hospital donde fue trasladado y desconcertado le preguntó qué hacía en ese lugar. Ella le aclaró que había tenido un accidente, pero ambos no tenían la mínima idea lo grave que fue.

“Le dije que nos fuéramos a la casa y cuando quiero bajarme de la cama no lo pude hacer. Mamá no siento mis piernas. No siento mis piernas mamá. Ella desesperada me pellizcó, me movía de un lado a otro y no sentía nada”, nos cuenta.

Kevin Pérez Chávez muestra la cicatriz de la operación que fue sometido luego del accidente. Foto | NI

Kevin rememora que le hicieron una radiografía y el doctor que analizó las placas le dijo a su mamá: “su hijo no va a volver a caminar”. Ocho días después de tener claro todo lo sucedido fue sometido a una operación, ya que su lesión era bien grave y con el paso del tiempo existía la posibilidad de sufrir una encorvadura.

La lesión que sufrió es de la tetilla hacia abajo. La etapa de poder asimilar el hecho le costó tanto que no quería ni vestirse y solamente se ponía el pampers para sentarse en la silla de ruedas.

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Retomando su sueño

Antes de sufrir el accidente tenía una barbería en Carretera Norte, con la que solía tener un ingreso semanal de unos 3,500 córdobas. Pero la clientela disminuyó drásticamente y la tuvo que cerrar.

Actualmente tiene una barbería improvisada en la sala de su casa, ubicada en el barrio Martin Luther King, en Managua. Utiliza asientos hechos a su medida para poder acomodar a sus clientes, quienes “me decían que mis manos están buenas, a como vos digas nos acomodamos, aunque sea en el suelo nos vas a cortar el pelo”.

“Cuando miré mis primeros 50 córdobas después de este accidente me sentí millonario”, recuerda con alegría.

El joven tiene una barbería improvisada en la sala de su casa. Foto | NI

Una familia que lo motiva a vivir

El joven tiene una hija que cumplirá siete años y una esposa que ha estado a su lado para apoyarlo en todo momento. El joven comenta que uno de sus deseos es salir a pasear con su esposa y su hija; “llevarlas a conocer varios lugares de Nicaragua”.

“Mi hija es lo que me ha dado más motivación. De sacar adelante a mi familia, por ellas no me he caído y la barbería”, indica.

Lucero Valeska Rivas, esposa de Kevin, comparte que su objetivo ha sido motivarlo a que piense en positivo para que continúe hacia adelante. “Si Dios te da una pareja es para toda tu vida, sacarlo adelante en las buenas y en las malas. Yo me he quedado con ese pensar que vamos a salir adelante, vamos a seguir luchando”, asegura.

Lucero Valeska Rivas, de 26 años, junto a su esposo y su hija. Foto | NI

Rivas, quien tiene 26 años, agrega que cinco años después de que su esposo perdió la habilidad de caminar ha sido un proceso cansado y duro, pero se lo toma cada día como un reto personal. Explica que en su entorno como pareja han existido comentarios negativos, algo a lo que no le prestan atención.

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“Siempre pensamos en positivo, que vamos a seguir adelante, que vamos a luchar y lograr cada meta que nos proponemos”, asevera con firmeza.

Kevin solo ha pedido dos deseos: tener una silla de ruedas eléctrica y lograr establecer una barbería con los equipos apropiados para darle una mejor atención a sus clientes. El muchacho promociona sus cortes de cabello en su perfil en Facebook, donde también ha habilitado el número telefónico para que sea contactado.

Autor
Nicaragua Investiga
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