Un poco más de 3,5 millones de costarricenses están llamados a votar en las elecciones presidenciales y legislativas de este domingo las cuales están marcadas por la pandemia, escándalos de corrupción y baja popularidad del gobierno saliente encabezado por el presidente Carlos Alvarado.
En los comicios se elegirán al presidente, dos vicepresidentes y 57 miembros del Congreso para el período comprendido entre mayo de 2022 y abril de 2026, según datos obtenidos del Tribunal Supremo Electoral costarricense.
Los centros de votaciones abrirán a las 7 a.m. el domingo 6 de febrero y cerrarán a las 5:00 p.m.
En el extranjero podrán votar unos 50.000 costarricenses, la mayoría de estos se encuentran en Estados Unidos, Canadá, España, Panamá, Nicaragua y México.
En total son 25 candidatos los que aspiran a convertirse en el nuevo jefe de Estado del país centroamericano, pero ninguno pareciera alcanzar el 40 % de la intensión de voto requerido para ganar en primera vuelta, según las encuestas locales, por lo que se prevé un balotaje el 3 de abril.
El expresidente José María Figueres, del Partido Liberación Nacional lidera la intención de votos con menos del veinte por ciento, según la última encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos de la Universidad de Costa Rica. Otros aspirantes destacados son la exvicepresidenta Lineth Saborío, del Partido Unidad Social Cristiana y Fabricio Alvarado del Partido Nueva República.
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Las elecciones de este 2022 en Costa Rica también están marcadas por un buen número de votantes indecisos, según las encuestas locales que indican que tres de cada diez personas aún no se han definido. Algunos analistas mencionan que esto posiblemente sea porque la población se encuentra desanimada por la pandemia, pero también por la gestión de Alvarado que ha sido una de más peores evaluadas en la región.
De hecho, el candidato oficialista Wélmer Ramos no aparece entre los favoritos, indican los analistas.
“Estoy indecisa si ir a votar. No confío en nadie. No tengo candidato y me siento desilusionada porque a quienes he apoyado no han cumplido ”, dijo a la VOA, Morena Escobar, una costarricense de 70 años, que dice sentirse defraudada por el presidente saliente Carlos Alvarado.
Brandon Mesén, quien es un periodista costarricense piensa diferente a Escobar y asegura firmemente que ejercerá su derecho al voto porque es un deber como ciudadano, pero sobre todo porque “hay otros países donde no se puede elegir, así que hay que aprovechar esta gran oportunidad que se nos da”.
“Hay que informarse quién es la persona que nos va a gobernar cuatro años”, menciona el joven, quien también critica la gestión de Alvarado pues asegura que “como gobernante le hizo falta mucha experiencia y preocupación por el pueblo que pasa circunstancias difíciles”.
Sin embargo en una entrevista con la Voz de América, el canciller costarricense Rodolfo Solano defendió la gestión del mandatario saliente y aseguró que la poca popularidad de este se debe a las medidas fiscales tomadas con el fin de sacar adelante al país.
“La administración del presidente Alvarado tuvo que enfrentar retos que, en el caso de Costa Rica, estaban desatendidos por muchos años. La reforma fiscal por ejemplo que fue sumamente importante para el país” mencionó el funcionario, quien agregó que “hablar de impuestos nunca va a ser popular, esas son medidas impopulares”.
Nuevo gobierno debe valorar debe revisar política exterior
De acuerdo con el catedrático Carlos Murillo, Investigador del Observatorio del Desarrollo de la Universidad de Costa Rica, la nueva administración 2022-2026 va a ser de muchos restos, y dentro de estos debe estar en agenda la política exterior, sobre todo la de Managua por la cercanía.
“A partir de mediodía del 8 de mayo, el nuevo gobierno de Costa Rica, sea del partido que sea, tiene que revisar esa política exterior. Tiene que, incluso, ir más allá, formular acciones claras de cómo va a manejar las relaciones entre Costa Rica y Nicaragua”, dijo Murillo.
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Por otro lado mencionó que ha sido llamativa la cantidad de aspirantes presidenciales pero aclara que “el problema no es que haya veinte, veinticinco o más aspirantes, sino cómo se generan esas candidaturas presidenciales y del sistema de inscripción porque la gama tan grande de opciones que tiene el electorado para ir a votar mañana le genera cierta incertidumbre de quién es el mejor”
“Una vez se supere este proceso es necesario revisar el sistema de partidos políticos en Costa Rica pero, sin dudas, lo relevante de este proceso electoral es que está poniendo a prueba la solidez del sistema democrático costarricense.
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