Este próximo 9 de abril Noelia Garmendia Talavera cumpliría cuatro años de estar en España. Se fue de Nicaragua con el mismo objetivo de muchos migrantes: ayudar a sus hijos a tener una mejoría económica. Sin embargo, el destino es indescifrable y murió de la forma que nunca quiso: en el extranjero.
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Noelia Garmendia era madre de cuatro hijos, Darling, la mayor, de 36 años, a ella le siguen tres hombres de 34, 28 y 23 años. Durante su vida en Nicaragua trabajó durante muchos años vendiendo nacatamales, rosquillas y otros bocadillos nicaragüenses. Con sacrificio logró recoger alguna parte y prestó el resto del dinero para irse a España, donde la emplearon para cuidar a personas de la tercera edad.
Intentó regresar varias veces
Garmendia, de 48 años, hizo más de dos intentos por regresar a Jalapa, municipio del departamento de Nueva Segovia. Se sentía mal hacía tres meses, y los doctores le confirmaron que padecía cáncer en sus ovarios, y este estaba en su etapa terminal. A Darling Garmendia, su hija, le había exteriorizado sus intenciones de volver . «Si me pasa algo que me pase allá, no quiero morir aquí», le dijo.
El año pasado fue el primer intento, su viaje fue exitoso hasta la ciudad de México, pero una vez en América, las autoridades nicaragüenses le negaron la entrada. «De México le dijeron que no podía entrar a Nicaragua. No era por el COVID, sino porque allá le decían que de aquí era el problema, que necesitaba una carta», relata su hija.
El segundo intento lo realizó el 5 de febrero de este año, pero en esa ocasión sí fue por el COVID-19. Noelia Garmendia presentó síntomas de coronavirus y tuvo que cancelar su viaje para entrar a cuarentena. Su vuelo lo reprogramó para el 26 de febrero, hace cinco días, pero no pudo abordar el avión.
«Cuando ella salió negativa (en la prueba para el COVID), su viaje volvía a salir, pero ya de ahí no pudo viajar, porque terminó con problema en los riñones, y más su enfermedad, podía ponerse peor durante el viaje», explica Darling Garmendia.
Antes de morir, Noelia Garmendia lucía tranquila
Noelia Garmendia falleció la madrugada del dos de febrero luego de estar 22 días internada en un hospital de la ciudad de Córdoba, España. Falleció sin ningún familiar cerca, rodeada únicamente de aparatos médicos que monitoreaban sus signos vitales, pero aún en sus últimos días se lucía tranquila.
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«El lunes pasado todavía ella hablaba clarito, porque yo conversaba con ella por videollamada. Me decía que tenía sus planes de volver a Nicaragua. Ella confiaba en Dios que se iba a recuperar», relata su hija.
Darling Garmendia considera que el viaje de su madre sí dio frutos. Apoyó a sus hijos hasta donde pudo, consiguió parte de lo que se había propuesto, pero si ella pudiera elegir, preferiría que su madre no lo hubiese hecho, por la simple razón que, si no se hubiera enfermado, aún estaría con ellos, y si aún así, le hubiese tocado fallecer de la misma manera, al menos hubiese podido verla en persona por última vez.
Solicitan ayuda para repatriarla
La familia Garmendia es una familia pobre. A pesar de sus intentos no han logrado recoger los 7,000 euros que cuesta, aproximadamente, todo el proceso de repatriación. Hasta el momento, consiguiendo ayuda en su localidad, y mediante una amiga que Noelia tenía en España, han logrado recoger sólo tres mil euros.
Si usted desea apoyar a la familia y se encuentra en España puede hacerlo visitando la parroquia Nuestra Señora de Linares de Córdoba (calle Hernando Magallanes) con el párroco Manuel Vida. Si se encuentra en Managua puede hacerlo por transferencia bancaria a Darling Garmendia a la cuenta Lafise en dólares: 119229934.
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