El silencio predomina en el aparato mediático y cúpula del Frente Sandinista sobre la muerte del ex presidente del Consejo Supremo Electoral (CSE), Roberto Rivas. La noticia se supo el fin de semana, y ha pasado completamente desapercibida.
Rivas fue relegado de sus funciones en el año 2018 tras ser sancionado por Estados Unidos, señalado de corrupción y fraude, reputación que le acompaña desde que Daniel Ortega llegó al poder en 2007, y Rivas terminó abandonando sus orígenes liberales para plegarse a los intereses del sandinismo, permitiendo dos reelecciones del caudillo sandinista.
Ahora, el ex presidente del Poder Electoral, ha fallecido en el olvido del partido al que apoyó, y por el cual sacrificó su carrera en la función pública, la cual inició en 1990, cuando entró a trabajar como magistrado. Ni Daniel Ortega, ni Rosario Murillo, ni ningún funcionario del actual régimen han dado muestras públicas de pesar o pésame por la muerte de su antiguo aliado.
Oficialismo calla tras muerte de Roberto Rivas
Pero Rivas no es la primera persona que fallece bajo esta condición de menosprecio, y en caso de que se llegue a confirmar o haya reacciones por parte del gobierno de Ortega, tampoco sería el primer caso de muerte que informan con muchos días de retraso. La misma situación ocurrió con Edén Pastora y el ex diputado Jacinto Suárez, que fallecieron días antes de que la información sobre su muerte se publicara por medios oficialistas.
Rivas lo puso en el poder y Ortega lo olvidó
Para cuando Estados Unidos sancionó a Roberto Rivas en el año 2017, Ortega había modificado la Constitución Política de Nicaragua, para no abandonar el poder. Parte de esto se lo debe a Arnoldo Alemán, presidente honorario del Partido Liberal Constitucionalista, luego del pacto.
Sin embargo, otra gran parte se la debe a Rivas. Desde el año 2006 hasta el 2016 a Rivas se le acusó reiteradamente de fraude electoral, incluso, algunos políticos encabezados por Fabio Gadea Mantilla, denunciaron delitos electorales ante la Corte Suprema de Justicia y presentaron un recurso de inconstitucionalidad, todo esto fue ignorado.
No obstante, Roberto Rivas se había hecho rico y no era ningún secreto. En el año 2009 mientras dos hijos de Daniel Ortega estudiaban cine y televisión en una universidad de élite en Costa Rica, se hizo público que se hospedaban en una lujosa casa de Rivas en ese país.
Daniel Ortega y su soledad tras la «farsa» electoral
Tras las sanciones de Estados Unidos, Rivas fue relegado y desapareció del ojo mediático hasta el año 2021 cuando se filtró la información de que estaba internado con graves problemas de salud.
«Roberto Rivas es co responsable de los fraudes en años anteriores y también de haber puesto a disposición todo el aparato electoral. Ciertamente su funeral y su muerte no tuvo relevancia en los medios del gobierno, y eso es porque Ortega no tiene amigos; Ortega tiene secuaces a los que le presta atención solamente cuando son útiles», dijo Héctor Mairena, vocero del movimiento político Unamos, antes MRS.
¿Mal paga Ortega a quien bien le sirve?
Se ha visto en diferentes ocasiones que Daniel Ortega es una persona que trata mal a quienes alguna vez fueron sus aliados, y no sólo eso, sino que los denigra, enjuicia, y orilla a la muerte, como fue el caso del ex guerrillero Hugo Torres.
Torres encabezó un comando para liberar a Ortega de prisión en 1974, pero se convirtió en disidente tiempo después. A partir de 2018, tras las protestas sociales, criticó férreamente las acciones es de Ortega y Murillo, y posteriormente fue capturado y apresado en condiciones precarias que afectaron su salud.
Tras conocerse la muerte de Torres, la también ex guerrillera sandinista Mónica Baltodano, dijo que recibieron la noticia con mucha «rabia», porque su compañero murió como preso político del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, y no fue atendido en un hospital sino hasta que su condición de salud se deterioró por completo.
Humberto Ortega lamenta muerte de Hugo Torres y pide la liberación de todos los presos políticos
El vocero de Unamos, Héctor Mairena, considera que el popular refrán que cita: «mal paga el diablo a quien bien», podría usarse para describir la forma en cómo Ortega cobra venganza de su disidencia. Hasta el momento prácticamente toda la directiva de Unamos está en condición de presos políticos. Algunos ya están condenados, y otros están con juicio abierto.
«Yo creo que cabe ‘mal paga el diablo a quien bien le sirve’. Pero en el caso de Hugo, podría considerarse una particularidad, y es qué su lucha fue por la democracia y por la libertad de Nicaragua. Circunstancialmente, Ortega le debe la vida (a Torres) porque él fue uno de los comandantes en la operación de 1974, aunque el no sirvió al diablo, sino a una causa», dijo.
«La muerte de Roberto Rivas no acaba con sus crímenes y sus grupos cooperadores, porque también dentro del lavado de dinero se incluyen aquellos que usan, custodian, administran, convierten y resguardan sus bienes, es decir, los bienes de Roberto Rivas quedaron en manos de sus testaferros, y que son parte de esta cadena del crimen organizado», sentenció Yader Morazán, exfuncionario judicial en un Space organizado por Nicaragua Investiga.
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