Dictadura sandinista responde a denuncia de McFields ante la OEA

La dictadura de Daniel Ortega respondió este miércoles a las graves acusaciones realizadas por Arturo McFields, el que hasta ahora era su embajador en la Organización de Estados Americanos (OEA).

«El Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, cumple con informar a nuestro pueblo y a quien concierna, que el señor Arturo McFields no nos representa, por lo cual ninguna declaración suya tiene validez», dice la nota de prensa de la Cancillería.

«Nuestro representante ante la OEA, es el embajador Francisco Campbell Hooker, debidamente acreditado», asegura el régimen de Managua.

Régimen miente

Sin embargo, hay que decir que por ningún lado hay información oficial sobre la destitución de McFields como embajador, y en La Gaceta, Diario Oficial, en los últimos días solo se ha informado sobre la renuncia a sus cargos diplomáticos de María Fernanda y María Michelle Gutiérrez Gaitán, hijas del diputado sandinista Wálmaro Gutiérrez.

De la misma forma, en el sitio web de la OEA es McFields quien sigue apareciendo acreditado como representante permanente de Nicaragua.

Aparecía en medios oficialistas hasta hace pocos días

Para mayor evidencia, hay que decir que apenas el lunes 21 de marzo medios oficialistas informaban de la participación del «embajador» en la V Semana Interamericana de las y los Afrodescendientes en las Américas, organizada por la OEA.

«El Embajador de Nicaragua ante la OEA, Arturo McFields, destacó que en el marco de estas importantes celebraciones la Misión Permanente de Nicaragua ante la OEA, estará presentando historias de personajes afrodescendientes, pinturas, cine y expresiones artísticas de Hombres y Mujeres de nuestra hermosa Costa Caribe, tanto en Redes Sociales como en el Museo de Arte de las Américas», decía una nota de prensa publicada por El 19 Digital, un medio de comunicación del gobierno.

También el dos de marzo pasado la misma vocera del régimen, Rosario Murillo, agradecía a McFields por haberle enviado la noticia de que Nicaragua era el tercer país del mundo con más mujeres en escaños parlamentarios.

McFields admitió que «denunciar la dictadura» que hay en Nicaragua «no es fácil», pero que «seguir guardando silencio y defender la indefendible es imposible».

«Tengo que hablar aunque tenga miedo, aunque mi futuro y el de mi familia sean inciertos, tengo que hablar porque si no lo hago las piedras mismas van a hablar por mí», expresó.