El cardenal hondureño Óscar Rodríguez Maradiaga dijo en su homilía dominical del 14 de agosto que en Nicaragua hay una “guerra callada” que ha declarado el régimen de Daniel Ortega para perseguir a los sacerdotes nicaragüenses.
“Jesús no quiere el fuego de la guerra ni de las armas, esa guerra tan triste que están sufriendo los hermanos de Ucrania y de Rusia. Esa guerra callada que está naciendo para perseguir a Jesús en su Iglesia en la hermana nación de Nicaragua”, dijo el sacerdote durante la misa.
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Rodríguez Maradiaga, quien es cercano al papa Francisco, manifestó que «ese no es el fuego que Jesús ha venido a traer, ni tampoco el fuego de aquellos que destruyen la naturaleza y que llenan de incendios los países”.
El mensaje fue dado el propio día que fue detenido un tercer sacerdote nicaragüense por las autoridades al servicio del régimen de Ortega, en medio de una ola de amenazas y persecución a la Iglesia católica.
Pese a la alarmante situación, muchos opositores y analistas critican al papa Francisco por su silencio ante lo que está ocurriendo en Nicaragua con los sacerdotes.
Tres sacerdotes presos y uno asediado
En junio fue encarcelado el sacerdote Manuel García, de Nandaime, quien debe cumplir una condena de cárcel por supuestas amenazas contra cinco personas y violencia física en perjuicio Martha Rivas, a pesar que ella negó el delito. En julio fue encarcelado el sacerdote Leonardo Urbina, de Boaco, por presunto abuso sexual. Y el domingo 14 de agosto se conoció que el sacerdote Óscar Benavidez, de Mulukukú, Caribe Norte de Nicaragua, fue detenido en horas de la tarde por patrullas de la Policía.
“Desconocemos las causas o motivos de su detención”, aseguró la Diócesis de Siuna en un comunicado donde confirmaba la detención.
Cardenal Brenes asegura que Iglesia busca una «salida» a situación de Álvarez
La persecución contra los religiosos no termina aquí. El obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, junto a otros sacerdotes, seminaristas y laicos, se encuentran dentro de la Curia Episcopal cercado fuertemente por agentes policiales.
Álvarez es un fuerte crítico de las violaciones a los derechos humanos y los abusos de poder que ha cometido la dictadura tras el estallido social del 2018, fecha que se desató una matanza de parte del gobierno sandinista que cobró al menos 355 muertos, de acuerdo a registros de organismos internacionales de derechos humanos.
La Iglesia católica se ha solidarizado con las víctimas y están en contra de la violencia política.
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