Policía cerca la parroquia de San Jerónimo de Masaya

Totalmente rodeada de policías amaneció la iglesia San Jerónimo de Masaya la mañana de este martes, mientras algunos feligreses intentan entrar para participar de la tradicional bajada de San Jerónimo, santo patrono de los masayas.

La presencia de los uniformados del régimen de Daniel Ortega, que han llegado sin justificación alguna y sin que haya ocurrido algo parecido en el pasado, ha causado indignación entre los devotos de San Jerónimo.

“Al parecer estos policías quieren sustituir a los cargadores de San Jerónimo, pues están desde tempranas horas de la mañana”, criticó uno de los feligreses que cada año llega desde muy temprano al templo.

Varias patrullas y fuertemente armados

A los masayas les llama la atención la cantidad exagerada de patrullas cerca de la iglesia y en otros puntos de la ciudad. Masaya parece una zona militarizada.

“No sabemos cuál es el temor que le tienen a la gente, porque están con todo, armados y con patrullas, hasta traen más refuerzos, no han entendido que está es una fiesta del pueblo, que todos los años la celebramos con mucha alegría”, criticó otro promesante.

Otros lamentaron que empañen una celebración de más de 50 años y que además expongan a los ciudadanos porque se puede interpretar como una provocación. “No sabemos qué va a pasar por la tarde con toda esta situación”, se quejó.

Se respira tensión

A medida que transcurre la mañana, más agentes antidisturbios han estado llegando en vehículos con placas de Managua. El cordón policial que rodea la parroquia está siendo reforzado por más agentes de la Dirección de Operaciones Especiales.

Los promesantes poco a poco están llegando a la iglesia, aunque la bajada del santo está programada para las dos de la tarde, después que concluya la misa.

La tarde de este lunes 19 de septiembre, durante la bajada de la imagen de San Miguel, los presentes abuchearon al comisionado Juan Valle Valle, mientras salía del interior del templo. Esta tarde se espera un ambiente lleno de tensión entre la población de Masaya y los agentes policiales, después que el gobierno de Daniel Ortega mandó a cancelar ambas procesiones.