Economía, de la esperanza a la incertidumbre

El año 2018 comenzó con aires de crecimiento y cifras que nos auguraban otro año más de bonanza económica, pero una fallida reforma al sistema de pensiones en abril del año pasado provocó un estallido social que mantiene en vilo al gobierno y lo ha sumido en una profunda crisis social y económica, que no da respiro y de la cual según expertos, no será fácil salir, aún cuando se logre un acuerdo político nacional. El daño está hecho, ¿qué podemos esperar del futuro?

Luis Núñez Salmerón

Definitivo, la economía no crecerá este año 2019 y más bien registrará un negativo 5 por ciento (-5%), tal y como se había pronosticado desde hacer varios meses, cuando los indicadores apuntaban a una profundización de la crisis. Sin embargo el problema va mucho más allá de los números de cierre para este año, sobre el cual queda poco por hacer.

El reto es cómo lograr la recuperación de la economía, fuertemente golpeada por una crisis política que ya lleva diecisiete meses y la cual puso de manifiesto la enorme vulnerabilidad de la economía al deteriorarse aceleradamente en un período tan corto, tal y como lo señalan expertos y los mismos indicadores oficiales publicados por el Banco Central de Nicaragua, y que este cierre de año está recibiendo señales de alerta que no auguran un buen año nuevo, como el anuncio de reducción de personal de la empresa distribuidora de cigarrillos BATCA.

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Durante casi 20 años entre 1960 y 1977, la economía nicaragüense creció en promedio 6 por ciento, con años en los que el crecimiento alcanzó el 14 por ciento, no obstante desde 1978, según las estadísticas del Banco Central de Nicaragua, el crecimiento ha divagado entre caídas y recuperaciones en un modelo que no termina de aterrizar.

PRODUCTO INTERNO BRUTO 2010- 2018

Comportamiento económico de Nicaragua de 2010-2018. Fuente BCN

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-“Tenemos una economía muy vulnerable”, asegura el economista Luis Murillo, quien indica que con la caída desde 2018 “hemos retrocedido por lo menos 15 años”, y lo peor es que todavía no hay señales claras de una recuperación, dado que el origen de la crisis es eminentemente político, un escenario, en el que según analistas, las respuestas no se ven en el horizonte.

Pero no solo son esos los nubarrones que ensombrecen la economía, hay muchas más cosas de fondo que de una u otra forma van a torpedear una eventual recuperación, como el daño a la institucionalidad tal y como asegura el sociólogo Cirilo Otero.

Factores detonantes

De acuerdo con expertos consultados, Nicaragua atraviesa por una crisis mucho más profunda de lo que se dice, y de la que no será fácil salir ilesos. Las raíces están en las propias características del sistema económico y político de un país enormemente atrasado.

“El crecimiento económico (en esta última década) se debió a varios factores, uno por los efectos de la crisis financiera internacional (2007) que nos favoreció por el aumento de los precios de los comodities (café, azúcar, etc), después vino la ayuda interesante de Venezuela”, afirma el economista Luis Murillo, lo cual marca lo que podría ser el futuro de la crisis.

Una fallida reforma al INSS fue el detonante de las protestas en Nicaragua que provocaron la peor crisis económica desde 1990. Foto: sitio web Correspondencia de Prensa.

Para algunos especialistas esta situación no fue provocada por el estallido social de 2018, sino que se incubó años atrás, y su solución llevará también varios años, sobre todo tomando en cuenta el enorme daño que ha sufrido la economía en el período de la crisis sociopolítica.

La situación económica actual está marcada por aspectos claves, el conflicto político que ha vulnerado considerablemente la institucionalidad del Estado y que arrastró la economía, y por otro lado, dos reformas que han tenido un efecto devastador en el sector empresarial y productivo por el cual fueron aprobadas: Reforma a la ley de Concertación Tributaria y la Reforma al sistema de pensiones. Ambas suponen una mayor carga fiscal para las empresas y los trabajadores. Todos los sectores productivos han resentido el golpe de las misma.

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La onda destructiva

El turismo reporta una importante caída en sus actividades cercanas al 40 por ciento, con una disminución del 28 por ciento en la llegada de turistas en el primer semestre de este año, con respecto al año pasado, una actividad que en 2017 generó 840 millones de dólares, según el Boletín Estadístico del Instituto Nicaragüense de Turismo, correspondiente a ese año, y que en 2018 disminuyeron a 544.4 millones de dólares, de acuerdo con el INTUR.

Por otro lado en el primer semestre de este año, los bancos cerraron 56 sucursales en todo el país, lo que supone la salida de por lo menos 700 trabajadores. El mercado inmobiliario vive sus peores momentos, los servicios en general resienten también el golpe de la crisis. Es decir, los principales sectores que han movido tradicionalmente la economía se encuentran buscando oxígeno a toda costa, un oxígeno que mantiene a flote el país a través del flujo de remesas familiares, que el año pasado sobrepasaron con creces los 1, 500 millones de dólares.

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En marzo de este año entraron en vigencia dos reformas que están profundizando todavía más la crisis, y que en lugar de mejorar la situación de las finanzas nacionales, al parecer pueden agravarla al presionar a las principales empresas con más tributos, pero que independientemente de todo, serán una realidad incluso una vez que el conflicto político se resuelva .

-“Independiente del gobierno que vaya a tomar el poder, difícilmente van a echar pie atrás con las reformas. Las reformas se necesitaban, pero se hicieron de forma tardía y en el peor momento”, sostiene el economista Luis Murillo.

Foto principal: La jornada.net 

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