Era un secreto a voces, pero la crisis sociopolítica puso en evidencia lo difícil que es para muchos sandinistas abandonar el partido y contradecir a Daniel Ortega y Rosario Murillo.
«La disciplina» es una virtud sumamente requerida dentro de las filas de ese partido, nacido de las guerrillas que se entrenaron en Cuba, Rusia y países árabes. Se aprendió a premiar al disciplinado y castigar al indisciplinado.
El caso Solís
El 10 de enero del 2019, el país entero se asombró con la publicación de un carta de renuncia. El magistrado judicial Rafael Solís, decidió abandonar no solo su cargo, sino su militancia sandinista y su compradrazgo con la pareja presidencial.
Sin embargo Solís no dio la noticia sino hasta que estuvo en Costa Rica; la razón la dejó clara: temía por su vida. Así como él hay muchos más, advirtió.
-«Yo fui de los últimos en salirse, hay otros que también piensen como yo y no se han salido por temor, yo fui de los últimos en salirme aunque ya venía en ese proceso de venir reflexionando sobre cómo se habían cambiado los ideales por los cuales habíamos luchado contra Somoza», dijo Solís en una entrevista con el periodista Dino Andino.
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Reprimir o morir
En julio del 2018 , la madre del oficial Faber López Vivas, culpó a la misma policía de su muerte. El gobierno atribuyó el crimen a manifestantes opositores, pero según Fátima Vivas, a su hijo lo ejecutaron por haber renunciado a la institución.
-«A mi hijo me lo torturaron sencillamente por pedir la baja, me lo mataron a pellizcos, me le quitaron las uñas», relató a Univisión la abatida mujer.
Vivas relata que días antes de su asesinato, su hijo le había manifestado a ella y varios de sus compañeros policías que solicitaría la baja porque no quería cumplir las órdenes de reprimir a la población y a raíz de eso había empezado a recibir amenazas de muerte.
-«Pareciera que solicitar la baja de la policía es una traición que se paga con la muerte», dijo Vivas.
Otros con mejor suerte han enfrentado procesos judiciales. El pasado 13 de junio Edwin Hernández Figueroa fue detenido por sus compañeros de la policía. Horas antes había grabado un vídeo denunciando que desertaba. Su plan era ir al exilio para no reprimir a manifestantes antigubernamentales a como lo orientó Francisco Díaz. En el vídeo advertía que si algo le pasaba, era responsabilidad de la policía.
No logró cruzar la frontera. Hace unos días fue condenado por el delito de tráfico de drogas.
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No hay leyenda sin «disciplina»
Tomás Maldonado, exguerrillero sandinista e integrante del Ejército Popular Sandinista era considerado un ícono del partido. Uno de los guerrilleros legendarios en la ciudad de Carazo. Hasta tenía una foto al lado de un joven Daniel Ortega, quien lo abrazaba efusivamente en la imagen.
El año pasado fue apresado en Carazo. El Gobierno lo acusó de terrorismo y varios delitos más vinculados al crimen organizado, luego de haberse rebelado al Gobierno durante la crisis sociopolítica iniciada en abril de 2018.
«Como ya no había esa fidelidad de conciencia entonces él (Ortega) dijo, vamos a darle oportunidad como decir Omar Duarte, lo llama y le dice que vaya a ser un agente», asegura Maldonado, quien dice que fue a base de prebendas que el gobierno construyó fuerza con «gente que vendió su conciencia».
Sin embargo el excombatiente cree que a raíz de la brutalidad de la represión, muchos cambiaron de posición y no se atreven a salir por temor a represalias como cárcel o muerte.
-«Yo creo que son miles, hoy muchos sandinistas en familia apoyaron a mi familia, estando preso yo y muchos me saludan y me dicen felicidades (…) y son sandinistas».
Sigue desbandada
Aunque aludieron razones ajenas a la crisis para renunciar, otros abandonos de altos cargos como el del Procurador de la República Hernán Estrada o el del Superintendente de Bancos Víctor Urcuyo justo en el contexto de crisis, dejan en evidencia que el que puede salir, aprovecha la mínima oportunidad.
Pablo Cuevas, asesor jurídico de la CPDH manifiesta que las deserciones siguen ocurriendo en la clandestinidad, porque estas personas temen por su vida.
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-«En los últimos 10 días recibí a dos funcionarios a nivel de gerente de oficina, ya no están en el país», dice Cuevas, quien asegura que por temor a su vida, estos desertores pidieron 15 días de vacaciones y huyeron.
Cuevas también indica que desde que inició la crisis en abril de 2018 al menos 20 policías desertores llegaron a interponer sus casos ante la CPDH.
Ortega ha comprendido la necesidad de tener a personas más leales junto a él en estas circunstancias y ha garantizado que continúen cerca de él con asensos como el de Ramón Avellán en agosto de 2018, o el reciente nombramiento de una líder de la Juventud Sandinista hace un par de días como Procuradora de Derechos Humanos.
Foto principal: Agencia EFE
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