Doña Rosario Cabrera supera los 60 años, se jubiló cuando tenía 55. Por ser maestra se le permitió retirarse de las aulas a esa edad, de acuerdo a lo establecido en la Ley de Carrera Docente (No. 114). Desde entonces trata de sobrevivir con una paupérrima jubilación de 5,644 córdobas mensuales frente a un galopante incremento de los productos básicos.
En su casa solo habitan dos personas, ella y su tía que supera los 80 años, quien desde hace un buen tiempo permanece en cama tras sufrir una fractura en la cadera que le impide caminar con normalidad. Ambas mujeres de la tercera edad con enfermedades crónicas deben cuidarse mutuamente, pues no tienen otra persona que les asista.
Cada mes, cuando doña Rosario recibe el pago de las pensiones en el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), se debate en la disyuntiva de comprar los alimentos o los medicamentos que ella y su tía necesitan.
“Generalmente con lo que recibo de pensión pago los servicios básicos y comida, pero no en su totalidad. No eso no me alcanza, sobrevivo más por la ayuda que me dan familiares y amigos”, cuenta.
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Pensiones no alcanzan ni para medio comer
La situación de doña Rosario no es única, de acuerdo a datos oficiales, unos 321 mil 990 pensionados deben ingeniárselas con ingresos que a veces no superan ni los 2 mil córdobas, como es el caso de las pensiones reducidas.
Montos establecidos para pensiones reducidas:
- 1,910 córdobas: quienes acumularon entre 250 y 349 semanas de cotizaciones.
- 2,356 córdobas: los que alcanzaron entre 350 y 449.
- 2,884 córdobas: si cotizaron entre 450 y 549.
- 3,290 córdobas: para quienes se situaron entre 550 y 649 semanas.
- 3,656 córdobas: si se llegó al rango de 650-749 semanas cotizadas.
De acuerdo a estos montos, quienes reciben pensiones reducidas necesitarían entre tres y hasta más de nueve veces lo que reciben para poder comprar los 53 productos de la canasta básica que en julio alcanzó los 19,452.92 córdobas.
“La situación de las pensiones es bastante deplorable en el sentido de que están muy por debajo de la canasta básica y por eso los pensionados tiene que ingeniárselas para poder subsistir al igual que el resto de los nicaragüenses”, explica a Nicaragua Investiga el economista Juan Sebastián Chamorro.
Pero la subsistencia de gran parte de los pensionados y jubilados no solo depende de la alimentación, otro de los factores que influye en la merma de sus ingresos son los gastos médicos. Algunos de ellos se ven obligados a buscar atención en centros médicos públicos y no en las Clínicas Médicas Previsionales del INSS, inclusive en otros momentos deben acudir a clínicas privadas.
“Cinco mil y pico ¿qué son? en un suspiro se te van. Si no podés ir al centro de salud tenés que buscar un médico y es otro gasto más. Llevo dos meses comprando mis medicinas para la diabetes porque en el centro de salud no hay”, se queja Cabrera.
A esta maestra jubilada de nada le sirvió sobrepasar sus cotizaciones durante los años de servicio en el Ministerio de Educación e instituciones educativas privadas, pues al momento de realizar los cálculos para su pensión se le tasó de acuerdo a sus últimos salarios devengados, precisamente cuando ganaba mucho menos en un empleo fuera de las aulas de clase.
Ya no recibirán porcentaje de deslizamiento monetario
La situación de los jubilados y pensionados empeora cada día más, a las maniobras para poder cubrir los gastos esenciales deben sumarle que desde el próximo 2024 ya no recibirán el porcentaje asignado por el mantenimiento de valor, es decir, una diferencia correspondiente al deslizamiento del córdoba con respecto al dólar.
Jubilados y pensionados perderán con el congelamiento de la tasa de deslizamiento del córdoba
“La política de darle deslizamiento a las pensiones le daba un cierto respiro porque ayudaba a mantener un poco el valor, pero ahora vamos a tener una situación precisamente de alta inflación entre el 7 y 9 por ciento que es relativamente alto y un congelamiento de la pensión, aquí estamos ante una pérdida de poder adquisitivo”, señala Juan Sebastián Chamorro.
En los últimos años, quienes reciben pensiones han visto cómo ese porcentaje ha mermado, de un 5 por ciento pasó a un abrupto 3 por ciento. Tan solo un año después el deslizamiento del córdoba respecto al dólar se tasó en 2 por ciento, ese mismo porcentaje fue asignado a las pensiones, y para este 2023 ha quedado en 1 por ciento hasta desaparecer en 2024.
“El ajuste que nos hacían en diciembre ya no se va a recibir, me dijeron. Si a nosotros para diciembre ¿qué es lo que nos dan?, son cien pesos (100 córdobas), cien pesos que no sirven para nada”, cuestiona doña Rosario.
Contrario a las excelentes cifras económicas de las que alardean los funcionarios estatales y a la bonanza de los sectores más acaudalados económicamente del país, la gran mayoría de los nicaragüenses lejos de percibir estos logros, ven cómo día a día su calidad de vida va mermando, sus ingresos se ven cada vez más pequeños frente la constante alza en los productos esenciales de consumo.
“El efecto más grave de todo es el de los nuevos pensionados, las pensiones generalmente se calculan como proporción del salarios de los tres últimos años del trabajador, la nueva reforma al cálculo de las pensiones le pegan un golpe durísimo a las nuevas pensiones y son significativamente menores al salario con relación a los que se jubilaron hace unos siete u ocho años antes”, agrega el economista.
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