La empresa Cisa Exportadora cerró operaciones en Nicaragua, lo que, según analistas, traerá serias repercusiones en el rubro cafetalero debido a que esta acopiaba, procesaba y exportaba la mitad de cada cosecha del país.
El cierre de Cisa habría sido originado por la quiebra de su empresa matriz Mercon Coffee Group. El conglomerado tiene presencia en nueve naciones: Nicaragua, Guatemala, Honduras, Panamá, Brasil, Vietnam, Países Bajos, Estados Unidos y España.
Mercon Coffee Group tuvo su sede en Países Bajos y fue dirigido por su fundador, el nicaragüense José Antonio Baltodano, quien hace unos meses vendió casi la totalidad de sus acciones a un fondo de inversión estadounidense, mismo que ahora se declara en quiebra.
Lidia Potosme, la caraceña que corta café en silla de ruedas
Una de las versiones que se maneja sobre la quiebra de Mercon Coffee Group es que habría adquirido un crédito por 500 millones de dólares con Rabobank, una organización financiera neerlandesa, así como otras instituciones como el IFC y Bid Invest, por tal razón, Mercon habría pasado a formar parte de un portafolio de inversiones.
La situación del conglomerado de empresas se juntó con una deuda millonaria que Cisa Exportadora tiene con Lafise Bancentro, por lo que podría conducir a una intervención de parte de la organización financiera para que la empresa continúe sus operaciones y pueda cumplir con los contratos que ya tiene pactados y cancelar la deuda.
“Hay alguna información que es un poco confusa, pero la venta de Mercon se concretó más o menos en julio. Esta venta básicamente fue para saldar deudas. Parece que la empresa estaba en dificultades, prácticamente estaba quebrada y a los dueños no les quedó absolutamente nada”, explicó a La Prensa un economista cercano a la empresa que solicitó anonimato por temor a represalias.
El economista Juan Sebastián Chamorro dijo desconocer las causas específicas del problema de liquidez de Mercon Coffee Group y Cisa Exportadora, pero explicó que se podría deber a los elevados precios del café y al aumento de las tasas de interés en los créditos asumidos.
“Los elevados precios del café en lo que va del 2022-2023, ha oscilado entre los 200 y los 180 dólares el quintal, lo cual encarece las operaciones de las comercializadoras, y el segundo elemento, es el incremento de las tasas de interés entre tres a cuatro puntos porcentuales que también encarece la deuda de estas empresas”, explicó el economista.
Productores de café en incertidumbre
Tras el cierre de Cisa un buen número de productores de café, principalmente de la zona norte de Nicaragua, se han quedado sin asistencia técnica, procesamiento, lavado, secado y exportación de café, servicios que durante años brindó la empresa que en su momento fue propiedad de uno de los hombres más adinerados del país.
Dado a que ni Cisa ni Mercon Coffee Group han emitido un comunicado oficial de la situación, circulan varias teorías que habrían acabado con el cese de sus operaciones, una de ellas es el acoso fiscal y las deudas que mantenía con algunas entidades financieras, que habrían acabado un embargo y posteriormente el cierre.
La situación de la empresa tendrá un impacto negativo en los productores de café, precisamente porque su cierre se da en un momento en el que todos se preparan para la fase de acopio y beneficios húmedos y secos de la cosecha 2023-2024, todos estos servicios era proporcionados por Cisa y tras el cierre de sus puertas se crea un ambiente de incertidumbre.
Juan Sebastián Chamorro explicó que una de las posibles soluciones a una “potencial crisis” en el sector cafetalero, es que los acreedores de Mercon y Cisa Exportadora intervengan la empresa, reanuden las operaciones, acopien el café, paguen, exporten, y así “se minimizan los riesgos de una potencial crisis financiera y económica para Nicaragua y además los acreedores se resarcen de la deuda incurrida si se generó algún desembolso”.
Cisa Exportadora compraba, procesaba y distribuía café, tenía oficinas comerciales y agencias en todas las zonas cafetaleras de Nicaragua. Esto le permitió llegar a exportar alrededor de la mitad de cada cosecha, es decir, unos 1.50 millones de quintales. Su cierre se da en una época de buenos precios para el grano de oro, en la que el precio por quintal supera los 200 dólares.