Sobrevivir en Nicaragua con un bajo salario que no alcanza para cubrir ni la mitad de la canasta básica es el dilema de todos los días para los nicaragüenses, pero en diciembre se vienen otros gastos como la cena navideña y de fin de año, que muchas veces no están presupuestados y desequilibran las finanzas familiares.
Para quienes reciben aguinaldo, tiene ese impulso para suplir los compromisos de la temporada, algunos tendrán que conformarse con poco al no tener ingresos extra, pero hay otro grupo de nicaragüenses que probablemente tendrán una cena navideña un poco mejor, pero gracias a las remesas, sin embargo, deben pagar un precio alto: el vacío que dejan en la mesa quienes tuvieron que migrar.
Remesas a Nicaragua se acercan a los 4,000 millones de dólares en 10 meses
Remesas atenúan el alto costo de la vida
Además de los productos tradicionales, las cenas de Navidad y Fin de Año tienden a componerse de otros productos importados, que a consecuencia de la inflación también subieron de precio, un conjunto de factores negativos para las familias que está siendo atenuado, en muchos casos, por los 3,844.4 millones de dólares en remesas que han enviado sus familiares que están en el exterior en los últimos 10 meses de este 2023.
En 2022 el investigador y especialista en temas migratorios y de remesas de Diálogo Interamericano, Manuel Orozco, estimó que 850 mil familias en Nicaragua estaban recibiendo remesas, es decir, la mitad de las 1.6 millones que hay en el país.
De acuerdo con Orozco, los nicaragüenses se han vuelto cada vez más dependientes del dinero que sus familiares envían desde el exterior. El año pasado estimó que un 70 por ciento del ingreso total percibido por las familias era producto de las remesas. Ahí la importancia que estas tienen en las festividades de fin de año, a tal punto que en diciembre tienden a tener el pico más alto, precisamente porque quienes están fuera de Nicaragua tienden a enviar más dinero.
El economista y analista político José Dávila Membreño señala que las remesas son “un alivio para las familias porque compran normalmente bienes de consumo”, especialmente en épocas de Navidad y Fin de Año, pero lamenta que la gente se esté yendo porque no encuentra oportunidades en su país y porque “huyen de la represión”. “Eso es doloroso, sin embargo, ellos tratan de mandar las remesas para que la gente pueda disfrutar un poco más de alimentación o compras necesarias”, añade.
Remesas no compensan la desunión familiar
El Banco Central de Nicaragua espera un récord de divisas por remesas superior a los 4 mil millones de dólares al culminar este 2023. Investigadores independientes como Manuel Orozco han señalado que la cifra podría llegar a alcanzar los 5 mil millones, precisamente porque de acuerdo a datos de la entidad emisora, diciembre es el mes en el que más aumentan los flujos de divisas enviadas.
El economista Marco Aurelio Peña, destaca el alto costo humano que se paga por las remesas y afirma qud deben verse como un “salvavidas” en países en vías de desarrollo.
Agrega que en gobiernos como el de Nicaragua el problema es que “son incompetentes, corruptos, autocráticos y no propician las condiciones económicas para que las personas puedan llevar adelante sus propios proyectos sin irse de su país”.
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“Las remesas monetarias en el caso de Nicaragua, así como Venezuela, evidencia una hemorragia social que no cesa y que se trata de la tragedia de la emigración forzada debido a esta rotura ocasionada por una crisis sociopolítica y de derechos humanos que a su vez limita las fuerzas del mercado y mantiene la economía en una situación bastante estrecha en donde se siente con muchísima fuerza la carestía de la vida”, añade Peña.
Para José Dávila, las remesas significan un alivio para las familias y una inyección importante para la economía de Nicaragua, que al final “favorece al gobierno” que “no está en capacidad de motivar el consumo y la demanda”.