El presidente del Banco Central de Nicaragua (BCN), Ovidio Reyes, se presentó ante los diputados de la Asamblea Nacional, este martes 19 de diciembre, para “explicar la evolución económica” del país, un espacio en el que solo detalló los aspectos positivos y ocultó aquellos que demuestran la falta de capacidad del régimen para generar empleos de calidad.
Según Reyes, la economía del país “ha logrado recuperar la senda de crecimiento económico sostenido” que permitió alcanzar un crecimiento interanual de 6.2 por ciento del producto interno bruto (PIB) con una tasa promedio de “4.5 por ciento” al cierre del tercer trimestre.
“La tasa de desempleo en octubre de 2023 fue de 3.8 por ciento, acompañada de estabilidad en el empleo formal y reducción en el empleo informal. Así, se viene observando una recuperación del empleo formal del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social, que a noviembre presentó una afiliación de 795,924 asegurados”, explicó el alto funcionario del BCN.
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INSS no logra recuperar número de afiliados de 2017
Lo que Reyes evadió por completo es que el INSS ha tenido una caída de 3 mil 797 asegurados desde marzo de este 2023, cuando la institución contaba con 799 mil 721 afiliados.
Al revisar la información proporcionada por el mismo Banco Central se observa que el INSS está muy lejos de recuperar el número de afiliados que tenía en 2017, antes de que estallara la rebelión de 2018 y que el régimen arremetiera violentamente contra los manifestantes, generando una crisis sociopolítica prolongada que acabó repercutiendo fuertemente en la economía nacional.
Al cierre de 2017 el INSS contaba con 914 mil 196 afiliados, al comparar estos datos con los de noviembre de este 2023 (795 mil 924) se observa una dramática caída de 118 mil 272 asegurados, lo que contradice lo dicho por Reyes que alega “estabilidad en el empleo formal y reducción en el empleo informal”.
Migración destapa supuesta “estabilidad” en empleos
Otro de los datos proporcionados por el mismo Banco Central que demuestran que en Nicaragua no hay tal estabilidad de empleo formal, es el abrupto aumento que han tenido las remesas en los últimos dos años producto de lo que economistas han llamado “hemorragia” migratoria.
“Las remesas familiares acumuladas a octubre se ubicaron en 3,844.4 millones de dólares, creciendo en 49.1 por ciento interanual”, expuso escuetamente Reyes ante el plenario de la Asamblea Nacional, y quién en declaraciones anteriores dijo que la proyección es que estas superen los 4 mil millones de dólares al cierre de 2023.
El aumento de las remesas no se debe a que los nicaragüenses que antes de 2018 estaban en el exterior estén mandando más dinero, si no al creciente número de migrantes que han salido de Nicaragua en los últimos cinco años, que de acuerdo al director del programa de Migración, Remesas y Desarrollo del Diálogo Interamericano, Manuel Orozco, ronda los 600 mil. Un dato más que demuestra la falta de capacidad del régimen para generar empleos de calidad.