Después de mucho tiempo desaparecido del escenario público tras su controversial salida del Banco Centroamericano de Integración Económica y Social BCIE, su expresidente Dante Mossi ofreció una entrevista para el estatal canal 6, en el programa «Detalles del Momento», del diputado sandinista Moisés Absalón Pastora.
La intervención de Mossi estuvo dedicada principalmente a defenderse de las críticas masivas que ha recibido por la cantidad de préstamos que durante su período entregó al actual régimen de Nicaragua, unos 2,608.5 millones entre 2019 y 2023, la mayor cantidad recibida a lo largo de las tres presidencias que esa entidad ha tenido desde que Ortega regresó al poder. Entre 2008 y 2013, el país recibió 983 millones de dólares en préstamos y entre 2013 a 2018 obtuvo 1,203.4 millones más.
Mossi se quejó porque asegura que ha recibido hasta comentarios «soeces» en sus redes sociales y considera que son cuestionamientos infundados porque afirma que «al final quien aprueba o imprueba un préstamo es su directorio, no es el presidente».
“Me acusaron porqué el BCIE le desembolsa más a Nicaragua que a otro país, precisamente porque lo ejecuta bien, en orden, hay otros países que quieren muchos préstamos pero no les desembolsan nada porque tienen problemas para ejecutar los proyectos”, expresó.
Halaga a Ortega y a Murillo
Mossi se deshizo en halagos hacia Daniel Ortega y Rosario Murillo, de quienes contó que recibió un ramo de flores amarillas cuando se encontraba hospitalizado y al borde de la muerte a causa del Covi19. Dijo que durante un mes de aislamiento entre las paredes blancas del centro médico, esas flores eran lo único que lo animaban.
«Creo que Nicaragua va por muy buen camino y que pronto va a pasar a otros países», afirmó, al mismo tiempo que se mostró satisfecho por según él, haber trabajado con funcionarios nicaragüenses a los que describió como «personas históricas que sacrifican su vida para garantizar un buen futuro».
Sobre Iván Acosta dijo que es «un ministro de hacienda que vale oro, que hace que las cosas funcionen», y acusó una supuesta «campaña generalizada para atacar al país».
Expresó que con los préstamos del BCIE Nicaragua financió proyectos sociales, como construcción de carreteras, de hospitales, escuelas y saneamiento. «Cualquier persona que piense que esto tiene un impacto político en el sentido de favorecer a un presidente sobre otro es un absurdo», sentenció.
Mossi atribuyó los ataques personales que ha recibido a haber sido transparente en la publicación de información sobre el banco. “En la medida en que uno publica más información, uno se hace más sujeto de la critica, una forma de evitar la critica es no publicar nada de lo que hago”, dijo.
Ataques a la nueva presidenta del BCIE
Pero Mossi fue más allá, dijo que la política de acceso a la información pública que supuestamente él emprendió mientras estuvo a cargo de la dirección del banco, fue suspendida por la nueva directora, la costarricense Gisela Sánchez.
Mossi relató que cuando estaba el proceso de elección del nuevo presidente del banco, Costa Rica «comenzó con una campaña muy fuerte, para mí no ética (…) una batalla corporativa en el directorio del BCIE».
Dijo que en una reunión virtual en la que los demás participantes no se percataron que él estaba conectado les escuchó decir «cosas realmente nefastas» sobre él.
Manifiesta que le preocupa el rumbo que está tomando el banco a cargo de Sánchez, porque está despidiendo personal clave, dándole un giro político a la entidad y favoreciendo a Costa Rica, su país de origen.
«A Costa Rica se le dan muchos recursos que no ejecuta y lo poco que ejecutan, lo ejecutan mal», denunció.
«Cuando uno llega a la presidencia del banco no llega como salvadoreño, como hondureño, como costarricense, no, llega como centroamericano y hay que escuchar a todos y atenderlos de la misma manera por respeto a todos los demás países», reprochó Mossi.
Sánchez explicó en marzo al consorcio de medios Redacción Regional que “se vienen frenos” para los fondos que se proveen tanto a El Salvador, como a Nicaragua, ya que “superaron los montos de créditos que pueden recibir”, esas declaraciones fueron objeto de una queja a través de una carta pública del régimen, carta que fue celebrada por Mossi que dice que las declaraciones de su sucesora «no son propias de un banco de desarrollo».
Mossi reclamó porque entre los recortes que hizo Sánchez dice que está una unidad encargada de hacer proyectos estructurados que tenía la función de ayudar a los países a redactar sus propuestas para que estas tuvieran un objetivo claro y pudieran ser medibles y ejecutables. Esos despidos, dice Mossi, incluyeron al personal que ayudaba al gobierno de Nicaragua a redactar el proyecto para la construcción de un puerto en Bluefields, por lo que retó a la presidenta del BCIE Gisel Sánchez.
«Que explique cómo va a hacer para atender esa necesidad, esa prioridad de tener un puerto en el caribe en Nicaragua», reprochó el que ha sido llamado el banquero de los dictadores.