El sector cafetalero de Nicaragua atraviesa una de sus peores crisis en años, marcada por la falta de trabajadores para recolectar la cosecha y una alarmante caída en las exportaciones, que tiene en jaque a miles de productores.
En la comunidad Abisinia, municipio de El Cuá, Jinotega, las fincas agropecuarias Siempre Viva, Santa Cecilia y El Tesoro enfrentan un déficit del 70% de trabajadores para la cosecha 2024-2025.
Según su propietario, Bayardo Irías Chavarría, se necesitan al menos 1,000 cortadores para recolectar el grano en unas 500 manzanas sembradas.
El productor indicó al medio oficialista La Primerísima que las fuertes lluvias han provocado que el café madure simultáneamente en zonas bajas, medias y altas, lo que hace urgente la contratación de personal para evitar pérdidas por la caída del fruto.
A pesar de ofrecer 80 córdobas por lata de café, además de condiciones óptimas en campamentos, alimentación y transporte, la respuesta ha sido insuficiente.
“Aseguró que está en una situación difícil… por lo que necesita a los trabajadores cuanto antes. Para mayor información puede comunicarse a los números 84150521 o el 75583984”, indicó el medio.
El desplome de las exportaciones
La crisis de mano de obra no es el único problema que enfrenta el sector. Según el más reciente informe del Banco Central de Nicaragua (BCN), las exportaciones de café al cierre de septiembre de 2024 cayeron un 12.4% en volumen en comparación con el mismo período de 2023.
Además, el precio promedio del café nicaragüense en el mercado internacional disminuyó de 198.5 a 193.3 dólares por quintal, lo que se traduce en una pérdida total de 84.2 millones de dólares respecto al año anterior.
El panorama es aún más crítico si se analiza en un contexto de dos años. En 2022, las exportaciones de café generaron 653.4 millones de dólares, mientras que para 2024 han caído un 25.4%, con pérdidas acumuladas de 165.9 millones de dólares.
La crisis del sector se vio acelerada por la quiebra de Mercon Coffee Group y el cierre de CISA Exportadora en diciembre de 2023, empresas que manejaban casi el 50% de las exportaciones de café en el país.
Este colapso afectó tanto a grandes exportadores como a pequeños productores, que no han podido encontrar alternativas sostenibles para comercializar el grano.
La situación pone en evidencia el impacto de las malas políticas públicas del régimen de Daniel Ortega, que ha sido incapaz de implementar estrategias efectivas para mitigar la crisis en uno de los principales rubros de exportación del país.
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La falta de incentivos para la producción, sumada a las dificultades logísticas y al contexto de inestabilidad económica, está asfixiando al sector cafetalero.
La falta de trabajadores en fincas como las de El Cuá refleja un problema estructural que amenaza con extenderse al resto del país. De continuar así, Nicaragua podría perder su posición como uno de los principales exportadores de café en la región, con consecuencias devastadoras para la economía nacional y las familias que dependen de este cultivo.