La economía de Nicaragua, bajo el régimen de Daniel Ortega, enfrenta una serie de riesgos que podrían agravar la situación política y económica del país, que van desde las tensiones comerciales con Estados Unidos hasta las consecuencias de las nuevas leyes represivas impuestas por la dictadura.
En un análisis crítico de la situación económica de Nicaragua para 2025, el politólogo nicaragüense Manuel Orozco identifica tres riesgos fundamentales que amenazan con empeorar la ya frágil estabilidad financiera del país.
Nicaragua cierra el año con una economía en jaque de cara a 2025
Uno de los riesgos más importantes proviene de la investigación iniciada por la Oficina de Comercio de Estados Unidos sobre el régimen de Ortega, que podría tener consecuencias severas para la economía nicaragüense.
«La investigación de Estados Unidos sobre si el régimen dictatorial constituye una amenaza y sus acciones reflejan un método desleal de comercio exterior tendrá consecuencias materiales sobre el círculo de poder», advierte el experto.
También refiere que esta investigación no solo podría resultar en la imposición de tarifas, sino que también pondría en evidencia las prácticas desleales de comercio, como la represión laboral y la corrupción que afectan a las empresas estadounidenses.
«La investigación de la Comisión de Comercio Exterior de Estados Unidos constatará la forma cómo la represión y corrupción en Nicaragua crean una competencia desleal contra las empresas norteamericanas», señala Orozco.
También añadió que Nicaragua, a pesar de sus intentos de fortalecer lazos con China y Rusia, sigue siendo altamente dependiente de Estados Unidos tanto en importaciones como exportaciones por lo que cualquier sanción económica o comercial podría tener efectos devastadores en la estructura económica del país.
Desaceleración de remesas y su impacto en el sistema de crédito
El segundo riesgo que identifica el experto, quien también es director del programa de Migración, Remesas y Desarrollo de Diálogo Interamericano, es la desaceleración del flujo de remesas que ha sido vital para el sostenimiento del consumo y la inversión en Nicaragua.
Orozco advierte que a pesar de la aparente recuperación de la cartera crediticia, la caída en el volumen de remesas estimada en un 6% en 2025, afectará directamente el consumo y la capacidad de las personas para acceder a financiamiento.
También refiere que la entrada de remesas con un crecimiento del 50% en los dos últimos años aumentó el consumo, y el endeudamiento de personas físicas y jurídicas para montar negocios. Al cierre de 2024, estos flujos internacionales se ubicaron en más de 5 mil millones de dólares, superando los 4,600 millones registrados en 2023.
«Es importante considerar que para 2017 había en Nicaragua menos de 160 000 negocios formales y más de 700 000 informales. La crisis política y económica causada por la dictadura sacó a más de 30 000 negocios en la quiebra y afectó la cartera crediticia que disminuyó en dos mil millones de dólares entre 2018 y el primer trimestre de 2020», indica Orozco.
Sin embargo, señala que fue hasta el tercer trimestre de 2024 que esa cartera de crédito volvió a su número de 2018 y que creció a partir de 2022 con la entrada de remesas.
«El crédito está atado al ritmo de las remesas, y si ésas rescataron la banca y el financiamiento una vez, una disminución tendrá un efecto directo sobre el consumo, la inversión, y el crédito de nuevo», precisa el experto.
La dependencia de estas transferencias internacionales deja al país vulnerable a cualquier cambio en las condiciones económicas de la población migrante, la cual también enfrenta desafíos por el posible endurecimiento de las políticas migratorias de Estados Unidos, país donde se encuentran más de 800 mil nicaragüenses.
Impacto de las nuevas leyes represivas
Otro de los factores que ponen en riesgo las finanzas nicaragüenses, según Orozco, son las recientes leyes represivas impuestas por el régimen, como la Ley de Protección de los Sancionados, que generan un clima de incertidumbre económica.
Estas leyes, que desafían las sanciones internacionales y protegen a personas sancionadas vinculadas al régimen, colocan a los bancos y al sistema financiero en una situación de alto riesgo.
El cumplimiento de estas leyes podría llevar a sanciones por parte de Estados Unidos, afectando la reputación de Nicaragua en el mercado global y poniendo en riesgo la estabilidad financiera del país.
«Las seudo reformas de ley y la nueva Constitución tendrán consecuencias económicas. Aunque dan la imagen de sellar el poder político y económico del régimen, en realidad aumentan su vulnerabilidad frente al contexto externo. Es como que si quieren que un tercero resuelva la transición que ellos tienen que iniciar», dijo Orozco.
Además, indicó que las reformas financieras recientes otorgan al gobierno un poder discrecional sobre las decisiones bancarias, lo que incrementa aún más la vulnerabilidad del sistema financiero ante presiones internacionales.
«Estos son al menos tres de otros riesgos que la dictadura se autoimpuso y que tienen consecuencias para ellos y para el país. La forma más fácil de esta dictadura para resolver estos riesgos está en tomar la iniciativa de promover una apertura política», concluyó el experto.
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