El Banco Central de Nicaragua (BCN) anunció recientemente una bajada en su tasa de referencia monetaria, conocida como TRM, pasando del 6.25% al 6.00%. Esta decisión, tomada el 2 de octubre de 2025, también incluye ajustes en otras tasas relacionadas con operaciones bancarias diarias, como las de reportos y depósitos monetarios, que ahora quedan en 7.25% y 4.75%, respectivamente.
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Para entender esto mejor, la TRM es básicamente una tasa de interés que el BCN usa como guía principal para indicar cuánto cuesta el dinero en córdobas en transacciones cortas de liquidez, específicamente a un día de plazo. En palabras simples, actúa como un termómetro para el costo del financiamiento en el sistema financiero local, ayudando a regular la cantidad de dinero circulante y a mantener la estabilidad económica. Fuentes oficiales como el sitio web del BCN y el Consejo Monetario Centroamericano (SECMCA) la describen como una herramienta clave para señalizar las condiciones monetarias y apoyar objetivos como la estabilidad de precios y el flujo de pagos en el país.
La reducción se basa en varios factores clave de acuerdo al banco emisor del Estado. A nivel global, la economía mundial crece, pero con señales de ralentización debido a tensiones geopolíticas y comerciales que podrían elevar precios o desestabilizar mercados.
«La TRM se establece en correspondencia con la evolución de las tasas de interés internacionales y de las condiciones monetarias internas, enmarcándose en el cumplimiento del objetivo fundamental del BCN, de propiciar la estabilidad de la moneda nacional y el normal desenvolvimiento de los pagos internos y externos» dijo la institución en un comunicado difundido por medios sandinistas y por el propio BCN.
Muchos países avanzados han recortado sus tasas de interés para relajar las finanzas, aunque mantienen una vigilancia estricta. En Nicaragua, «la situación es más positiva»: la economía avanza gracias a un mayor consumo interno, exportaciones sólidas, más crédito a empresas y hogares, y entradas de fondos del exterior. Además, el desempleo es bajo, el empleo formal aumenta, y la inflación se ha controlado, en parte por políticas fiscales equilibradas, subsidios estatales y una gestión estable del tipo de cambio. Todo esto crea un entorno equilibrado que permite al BCN ajustar la TRM sin riesgos mayores.
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Para Nicaragua, esta medida podría traducirse en beneficios prácticos. Al bajar la TRM, se busca fomentar un ambiente donde los bancos presten más fácilmente y a costos menores, lo que impulsaría la inversión, el consumo y el crecimiento general. Ayuda a fortalecer las reservas internacionales y a mantener la moneda estable, evitando presiones inflacionarias. Sin embargo, el BCN seguirá monitoreando indicadores para hacer cambios si surgen imprevistos, como variaciones en los precios mundiales o eventos externos. En resumen, es una señal de confianza en la economía local, orientada a sostener el progreso sin desequilibrios.
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