Desde el año 2007, cuando Daniel Ortega asumió nuevamente la presidencia de Nicaragua, el número de trabajadores del Estado ha aumentado gradualmente, lo que desde hace varios años viene fortaleciendo la idea de una recurrente contratación de supernumerarios.
Los supernumerarios son aquellos empleados que el Estado contrata de forma excesiva y que no ocupan una plaza esencial dentro de las instituciones públicas. Un fenómeno que para expertos se relaciona con el uso de los puestos con las afinidades políticas.
INSS se beneficia al cambiar el subsidio por “reposo” y no pagar a trabajadores
La planilla recibida en 2007 por Ortega a manos del expresidente Enrique Bolaños era de 39,140 trabajadores estatales. Sin embargo, en abril de este año, cuando la vicepresidenta Rosario Murillo anunciaba el pago de los trabajadores confirmó que actualmente el número se mantiene en 170 mil trabajadores del Estado. Es decir que durante los últimos trece años el número de trabajadores del Estado aumentó un 334 %.
La súper planilla del INSS
El caso más notorio es el del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS). El INSS es la institución del Estado que más nuevas contrataciones refleja, según el economista Enrique Sáenz cuando Ortega asumió la presidencia en 2007 el número de empleados de la institución era de 1,200 trabajadores, pero al cerrar el año 2017 el número se elevó a 4,060 trabajadores.
En su blog Vamos al punto recuerda que el INSS pasó de un superávit de 1,400 millones de córdobas por varios años, a un déficit de 224 millones de córdobas en 2018, y para 2019 las estimaciones eran de apenas 87 millones.
Este aumento de personal es considerado por algunos expertos como uno de los diversos factores que provocaron el déficit de la institución, incluso los salarios aumentaron pasando de 291 trabajadores que recibían más de 10 mil córdobas a 2,654 trabajadores que ganaban más de 20 mil córdobas en 2016.
De igual forma, aumentaron los gastos administrativos, pues si en 2006 estos representaban el 6% de los ingresos del INSS, en 2016 pasaron a superar el 12%. Es decir, que los gastos administrativos fueron duplicados en un periodo de diez años.
Crisis pone en pausa el aumento de supernumerarios
Sin embargo, desde la crisis sociopolítica de 2018 las autoridades gubernamentales han congelado el aumento de los sueldos y las plazas en las instituciones públicas. El último reajuste salarial fue en 2018 con un 5%.
El economista Néstor Avendaño señala que la decisión fue tomada ante la caída de la producción y la recaudación de impuestos, además de las sanciones financieras internacionales que impiden el flujo normal de la cooperación oficial externa al sector público de Nicaragua.
Afectaciones en la inversión pública
Azucena Castillo, diputada miembro de la Comisión Económica de la Asamblea Nacional, comparte que la constante permanencia del gasto corriente afecta la inversión pública y a su criterio debería haber una mejor administración pública que se enfoque en “la eficiencia y la calidad”.
Y aunque destaca no ser partidaria del despido de personal, “ese supernumerario en el INSS que obedece a decisiones populistas y partidarias debería ser relocalizado para evitar que se siga profundizando la brecha deficitaria”.
A opinión de Castillo, el gobierno puede formular un proyecto que le permita al supernumerario capacitarse para aprovechar oportunidades de emprendimiento “que además de contribuir a su autoestima también les permita independizarse con dignidad”.
Avendaño coincide en que debería haber un mayor espacio fiscal a la inversión pública, en lugar de gastos de consumo, para poder generar así más puestos de trabajo en los sectores productivos.
“La economía de Nicaragua nunca va a crecer por la vía del consumo sino por la vía de la inversión, ya sea privada, ya sea pública, pero especialmente en la pública para poder motivar más al inversionista privado” expresa.
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