La crisis sociopolítica junto con el brote del COVID-19 han dado como resultado una recesión económica de tres años y un considerable aumento en los niveles de pobreza en Nicaragua. Y aunque las autoridades gubernamentales ven con optimismo una recuperación económica para este 2021, el Banco Mundial (BM) ha previsto un panorama distinto.
Mientras el presidente del Banco Central de Nicaragua (BCN), Ovidio Reyes, anunciaba recientemente que este año se espera que la economía nicaragüense tenga una tasa de crecimiento entre 2.5% y 3.5%; el BM ha brindado una proyección menos ambiciosa, y se espera que el crecimiento real del Producto Interno Bruto (PIB) de Nicaragua este 2021 sea de 0.9%. Se trata de la tercera recuperación económica más baja de la región Latinoamericana y del Caribe, solo después de Haití y San Vicente y las Granadinas.
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A través de su informe «Volver a crecer«, el BM reconoció que en Nicaragua «la erosión de la confianza empresarial y la incertidumbre sobre la evolución de la pandemia, han paralizado el consumo y la inversión; el sector externo se ha visto gravemente afectado por la paralización del turismo y las restricciones financieras, y el aumento continuo de la incertidumbre política y la consolidación fiscal prevista volverán a tensar el crecimiento a medio plazo».
Crece endeudamiento
Martín Rama, economista jefe del Banco Mundial para América Latina, señaló que esta ha sido la región más golpeada del mundo en términos de pérdidas humanas por la pandemia y en términos económicos. Destaca que a pesar de que la vacuna ya está expandiéndose, el 2021 es aún un año de pandemia, y que existen «razones para ser pesimistas» pues hay una significativa pérdida del capital humano (debido al cierre de escuelas y la falta de estructuras para aprender a distancia), fuerte pérdida de empleo, y sobreendeudamiento de los países.
«América Latina y el Caribe se endeudó mucho, por suerte pudieron hacerlo, pero tenemos niveles de deuda altos y las empresas también» advirtió. En el caso de Nicaragua, el BM señala a través de su informe que, la deuda pública alcanzó el 65.7% del PIB, y para este 2021 prevén que aumente a un 68.6%.
Según los datos del BCN, a diciembre de 2020, la deuda externa pública alcanzó los 6,956.8 millones de dólares, es decir que registró un aumento del 10.8% respecto al 2019. En cuanto al flujo neto de la deuda externa, este fue de US$98.7 millones (US$19.6 millones en 2019), debido a los desembolsos externos y amortizaciones. Economistas ya han advertido en diversas ocasiones que existe un sobreendeudamiento que en algún momento golpeará las finanzas nacionales pues actualmente la economía del país no cuenta con capacidad de pago.
¿Optimismo?
A pesar de la incertidumbre que prevalece en la región, Rama señaló con optimismo que es un momento de transformación y que «es muy claro que tenemos que aprender a funcionar con el virus» y «ser más eficientes de los que hemos sido en nuestras políticas de contención» pues «el primer desafío es crecer con la pandemia».
Sin embargo, en el caso de Nicaragua, prevalecen otros riesgos relacionados con el contexto electoral. Incluso expertos nacionales han cuestionado en diversas ocasiones las altas expectativas que mantienen las autoridades sobre el comportamiento que tendrá la actividad económica del país durante los próximos meses.
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