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La «piñata» sandinista en Chinandega

Inmuebles confiscados en los años 80 en Chinandega están en abandono, algunos en manos de excombatientes y otros son parte de la estructura del FSLN.

Antiguo hotel Tezoatega, de la familia Plazaola. Voces en Libertad/NI

Chinandega ha sido un departamento próspero con la mayor fuerza económica después de Managua por su amplio comercio y tierras fértiles para la agricultura, principalmente en los años 50, 60 y 70, en la llamada época del «Oro Blanco» (algodón) en la que se vivieron tiempos de bonanza.

Fanilias como los González, Robleto, Navarro, Callejas, Montealegre, Gasteazoro, Deshon entre otras, construyeron haciendas, industrias y emblemáticas edificaciones al estilo colonial, muchas de ellas ya desaparecidas por las dos últimas guerras fratricidas y otras confiscadas por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en la década de los años 80.

La triste confiscación de los 80

Los viejos edificios en ruinas y confiscados se cuentan con los dedos de las manos en esta ciudad. En la avenida principal se encuentra la Casa del Obrero, emblemática vivienda de taquezal, de dos y tres plantas, construida con fondos de un grupo de notables para ubicar, al final de la década del 40, al Instituto Nacional de Chinandega (INACH) el que debido al incremento estudiantil pasó al inmueble de la familia Quintana, en la esquina opuesta, y posterior al edificio que se ubica en la salida a la ciudad de El Viejo.

Tras la salida del INACH, la Casa del Obrero pasó a ser un punto de enseñanza popular en los oficios de costura, mecanografía, carpintería y electricidad. Tras la confiscación, en los 80, ahí se apropió un grupo de supuestos excombatientes que ocupan la planta baja para sus reuniones, mientras que la parte superior se ha destruido y cada lluvia se filtra intensamente.

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“Al ver este viejo edificio recuerdo mi época de adolescente aquí, estudié mi bachillerato. En 1950 realicé mi examen público frente a un tribunal de profesionales que te preguntaban sobre los principales acontecimientos de la Revolución Francesa. Había una matrícula de 100 estudiantes de 1ro. a 5to año de bachillerato, también funcionó la Casa del Obrero, ahí, se realizaban exposiciones de libros, fiestas con los mejores conjuntos de Nicaragua y donde asistían las familias más pudientes de la región, sin embargo, con la revolución fue confiscada y hoy está en manos de exguerrilleros”, rememora un señor de la tercera edad a quien llamaremos Arturo González.

El antiguo hotel Tezoatega, de la familia Plazaola, fue ‘piñateado’ por allegados a la militancia sandinista que se lo repartieron y lo alquilaron para módulos comerciales.

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El edificio, de 5 plantas con terraza, se ubica frente a la avenida principal, fue construido por el ingeniero Antonio Venéreo, graduado con honores en EEUU. Quienes tuvieron la dicha de conocer este inmueble, a finales de los años de 60, mencionan con nostalgia aquellos tiempos en que visitaban el restaurante que estaba en el tercer piso, así como los lujosos apartamentos y una terraza de donde se podía ver la cordillera volcánica del San Cristóbal y la erupción del volcán Cerro Negro en León.

“Vivía en león, pero cuando se da la erupción del volcán (1968) nos venimos para Chinandega y alquilamos un apartamento, por las noches subíamos a la terraza, desde donde podíamos ver la erupción del Cerro Negro, eso fue todo un espectáculo, ver la expulsión de lava, piedras incandescentes y un fenómeno eléctrico como rayo que descendía desde el cráter”, recuerda don Arturo.

Cuenta que en este mismo edificio también funcionó Radio Latina, la primera emisora de onda larga, que sonó en Chinandega. Pero se apagó para la insurrección del 78 cuando fue bombardeada por la guardia somocista cuando éstos descubrieron que un escuadrón de guerrilleros se ocultaba en ella. En la actualidad sólo funciona la planta baja con módulos para negocio y el resto del edificio fue declarado en avería por las grietas en los pilares y paredes.

Edificios y casas particulares a manos del FSLN

Otro de los edificios confiscados por el sandinismo fue el antiguo Club Social de Obreros. Aquí se realizaban fiestas con los mejores conjuntos de Nicaragua y donde asistían las familias más notables de la región, fue negociado en los años ochenta y durante dos décadas funcionó la discoteca Leo.

En la lista de propiedades expropiadas también se incluyen varias residencias de la familia Montealegre, entre ellas La Casona, donde actualmente funciona el sindicato de maestros ANDEN, ubicada contiguo a la Presidencia Centroamericana o esquina de los bancos.

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Del antiguo edificio del Banco Nicaragüense de Industria y Comercio (BANIC), una cuadra al sur, está la propiedad esquinera de la familia Zamora González, confiscada también en los 80. Desde esa fecha, fue conocida como la Casa de los Cubanos. Actualmente es utilizada cómo Casa Municipal del FSLN. En su interior hay computadoras donde la Juventud Sandinista 19 de Julio “lleva un orden estricto de cada ciudadano, de cada estudiante y fue el punto donde fueron concentrados paramilitares tras el estallido social del 2018” dijo, en su momento un exmiembro de la JS.

“En el 2018 funcionó como guarida de los llamados grupos de choque (jóvenes en situación de riesgo) que reclutaron de los diferentes barrios y asentamientos. Ellos permanecían alojados, alimentados y armados. Desde ahí, el político, y otros miembros del partido, ordenaban operativos claves para las asonadas que se hacían por las noches, una estrategia para dispersar a los manifestantes y tumbar las barricadas que levantaban los estudiantes, siete de ellos ejecutados por la misma policía y paramilitares” confiesa este joven que llegó a formar parte de la Juventud Sandinista para lograr una beca universitaria y pidió el anonimato de su identidad para proteger su vida.

Foto: Voces en Libertad.

A unos 50 metros al sur, está la otra casa del Club de Obreros, era precisamente de corte popular, con mesas de billar, auditorio para reuniones y eventos bailables de la clase trabajadora.

A principios de los 90 ahí funcionó la Casa de la Cultura y, a mediados de esa misma década, la Asociaciones de Trabajadores del Campo (ATC). Posteriormente, se alquiló la clínica previsional ‘La Consulta’. Por orden del gobierno de Daniel Ortega, a través del INSS, en el año 2013 se les canceló el contrato de operaciones, que era manejada por una sociedad de médicos chinandeganos.

En ese entonces la junta directiva de la clínica previsional, dejó entrever que el cierre se debía a presión del régimen que buscaba ocupar el inmueble administrado por Chico Gladis, un militante sandinista y director de la delegación departamental del Seguro Social, institución que iniciaba a acaparar a unos 12 mil asegurados, cinco mil de ellos pensionados atendidos en ‘La Consulta’, y cuya cartera fue remitida a la clínica San Vicente de Paul, adscrita al Ministerio de Salud (MINSA) y administrada por el sindicalista Gustavo Porra, hoy presidente de la Asamblea Nacional.

En la esquina opuesta al templo de San Antonio, está la casa de la familia Calleja Deshon, confiscada también en la década de los 80. En aquel entonces la estructura del FSLN hospedó a un grupo de rusos que apoyaban a los revolucionarios de entonces. A principio de los 90, deteriorada casi totalmente, era ocupada por el zonal del Frente Sandinista y por una gestión hecha al gobierno de Arnoldo Alemán regresó a sus dueños, hoy es casa de estudiantes de la UCAN.

Otra propiedad robada en los 80, se ubica de la Casa Cural de Guadalupe 30 varas al norte, en la actualidad está ocupada por los excombatientes históricos, a los que el gobierno sandinista les retiró recientemente la personería jurídica. A ese mismo grupo se les repartió una gran cantidad de manzana de tierras en los sectores de Villa 15 de Julio, Rancheria, Isla Campuzano, Villanueva, Cosigüina y otras ubicadas en la zona agrícola al norte de la cabecera departamental.

Entre los edificios más grandes confiscados en Chinandega también se encuentra el edificio de cuatro plantas donde funcionaron los juzgados y la Alcaldía Municipal hasta el 2007, ubicado en las inmediaciones del mercado municipal.

El emblemático antiguo hotel Cosiguina, construido en 1975 y confiscado por el Frente Sandinista desde 1979, funcionó como la sede central del Ejército de Nicaragua en el Occidente del país hasta 2009 para luego ser modificado. En octubre del 2011 fue inaugurado como hotel Los Farallones, propiedad de la institución castrense.

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Confiscaciones son inconstitucionales

La inversión nacional y extranjera también sufrió confiscaciones, la industria azucarera (ingenios), las desmotadoras algodoneras, silos y otras empresas de la región sufrieron afectaciones en los 80. Y aunque algunas propiedades fueron regresadas a sus dueños en la década de los 90 por el gobierno de Violeta Barrio de Chamorro, no se lograron reactivar ya que el sector empresarial estaba desmotivado al encontrar sus bienes desmantelados y en la quiebra.

En los 13 municipios que conforman el departamento de Chinandega, el FSLN confiscó y expropió a sus dueños, acusados en 1979 de liberales somocistas. Hoy muchos de estos inmuebles, que fueron construidos antes o un poco después de mediados del siglo pasado, sirven como casas de campaña permanentes o estructuras del partido en el poder y por la falta de mantenimiento sufren deterioro en manos de militantes sandinistas.

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Las confiscaciones están prohibidas según lo establecido por la Constitución de la República. El segundo párrafo del Artículo 44 señala que los bienes inmuebles sólo por causa de utilidad pública o de interés social pueden ser objeto de confiscación de acuerdo a la Ley, previo pago en efectivo de una ‘justa indemnización’. En el párrafo cuarto del artículo se establece categóricamente que ‘Se prohíbe la confiscación de bienes’.

Sin embargo, esta ley como otras han sido violentadas por el régimen y sus operadores Desde que llegaron nuevamente al poder en el 2007 han ejecutado varias confiscaciones, las que se evidenciaron más aún con el estallido social en abril del 2018 con la toma de miles de manzanas (9500) un 91 por ciento de ellas agrícolas, pertenecientes a los Coen, Castillo y otras familias del departamento de Chinandega.

Más recientemente se ha dado la usurpación de bienes ha llegado a edificios de medios de comunicación, sedes de ONG, casas de opositores, bienes y acciones de empresas internacionales, universidades y hasta sedes diplomáticas.

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