El enfoque de la actual campaña de Lula da Silva es devolver programas sociales que fueron eliminados durante el gobierno de Jair Bolsonaro.
El 2 de octubre los brasileños van a elegir e su próximo líder. Brasil es el país más grande de América Latina y uno de los más grandes del mundo, con una superficie de 8.5 millones de kilómetros cuadrados, más de 212 millones de personas y la décima mayor economía del mundo.
Los candidatos que lideran las pesquisas electorales son el actual presidente, Jair Bolsonaro, y el expresidente Luis Inacio Lula da Silva, conocido como Lula.
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Este domingo tuvo lugar el primer debate presidencial, en el que ambos políticos se criticaron mutuamente e intercambiaron acusaciones. Bolsonaro llamó «ladrón» a Lula, de 76 años, aludiendo al escándalo de corrupción de Lava Jato que sacudió al país. La investigación llevó a Lula a prisión de 2018 a 2019 por controvertidos cargos de corrupción, anulados por la Corte Suprema el año pasado.
Lula respondió que Bolsonaro estaba difundiendo «mentiras» y lo acusó de destrozar el legado de crecimiento económico e iniciativas contra la pobreza que dejó Lula como presidente. «Este país ha sido destruido», dijo Lula.
Lula y el impacto de sus políticas sociales
Lula es afiliado al Partido de los Trabajadores (PT), de izquierda, y ocupó el cargo de presidente desde 2003 hasta 2011. De origen humilde, fue el primer obrero en ser elegido presidente de la República.
Durante su mandato de ocho años, implementó políticas para reducir la pobreza y la desigualdad salarial y mejorar la calidad de vida de los más necesitados.
Su gobierno creó el Bolsa Familia, un programa gubernamental que ofrecía ayuda financiera a los más pobres. De acuerdo con el Instituto de Pesquisa Económica Aplicada, el Bolsa Familia ayudó a 3,4 millones de brasileños a salir de la pobreza extrema. En 2014 Brasil fue eliminado del Mapa del Hambre de la ONU.
Para recibir el apoyo del gobierno, los padres eran obligados a matricular a sus hijos en la escuela. Esta exigencia causó una reducción en las tajas de trabajo infantil. Además, el programa demandaba a las familias tener todas las vacunas al día, lo que llevó a una mejora en la salud. La mortalidad infantil fue 17 % menor entre las familias que recibieron el apoyo financiero, en comparación a las que no participaron del Bolsa Familia.
El programa “Minha Casa Minha Vida,” creado en 2009 por el gobierno de Lula, subsidió la compra de casas para familias de bajos ingresos. El programa llevó unidades habitacionales a localidades carentes de servicios públicos. Esta medida proporcionó una vivienda a personas en situación de pobreza.
Asimismo, las construcciones de las casas del Minha Casa Minha Vida proporcionaron empleos para 3.5 millones de brasileños, un logro económico fundamental para el gobierno de Lula.
Escándalos de corrupción
En 2005 fue descubierto uno de los mayores escándalos de corrupción de Brasil, llevado a cabo por políticos afiliados al PT. Un esquema conocido como “Mensalão» desviaba dinero público dedicado a servicios sociales, como hospitales y escuelas públicas.
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Los políticos usaron estos recursos públicos para pagar diputados federales, comprando sus votos en propuestas de proyectos del PT, según los fiscales.
Pedro Correa, exdiputado federal, declaró que Lula, que era el líder del partido, tenía “pleno conocimiento de los sobornos del Mensalão”.
En 2018, Lula fue condenado a 12 años y un mes de cárcel por corrupción y blanqueo de dinero.
Esa no fue la primera vez que Lula había sido sentenciado por corrupción. En 2017 fue condenado a nueve años y seis meses por el juez Sergio Moro.
Según los fiscales, por medio de sobornos de la contratista Odebrecht, Lula habría acumulado un total de 2,2 millones de reales brasileños, equivalentes a unos 433.599,88 dólares.
También acusaron a Lula de favorecer a ciertas empresas a cambio de dinero o propiedades, como en el caso de la constructora OAS, que recibió preferencia del gobierno de Lula para hacer obras públicas a cambio de un apartamento triplex de lujo en Guaruja.
Sin embargo, esta y otras acusaciones de corrupción contra Lula fueron anuladas por el ministro Edson Fachin, del Supremo Tribunal Federal, que argumentaba que no existía ninguna conexión entre Lula y los sobornos.
Elecciones 2022: “Vamos a reconstruir Brasil”
Al lado del exgobernador de São Paulo, Geraldo Alckmin, Lula promete en su campaña actual “reconstruir Brasil”.
Una de sus principales propuestas es el retorno del programa Bolsa Familia, que fue eliminado durante el mandato de Bolsonaro.
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Lula dice que lucha por un país sin hambre, donde “nunca falte comida en la mesa”.
También impulsa la protección del medio ambiente y se manifiesta comprometido con combatir la minería ilegal, especialmente en la Amazonía, y su campaña aboga por mejores regulaciones de la industria minera.
Si es elegido presidente, Lula propone desarrollar la producción nacional de recursos derivados del petróleo, aspirando a autosuficiencia nacional y la reducción de precios.
¿Qué dicen las encuestas sobre Lula?
De acuerdo con una pesquisa del instituto Datafolha, Lula lidera con el 47 % de los votos en la primera vuelta, mientras que Bolsonaro garantiza un 28 %.
Lula ganaría también en segunda vuelta, con un total del 57 % de los votos contra el 34 % de Bolsonaro.
El Datafolha informa que el 55 % de las personas que participaron en la pesquisa “se niegan a votar por Bolsonaro”. Los grupos que se destacan son los jóvenes y estudiantes, de los cuales el 60 % y 62 %, respectivamente, se niega a votar por el actual presidente.
Aunque la mayoría de los jóvenes no creen que Bolsonaro debe continuar en el poder, muchos planean votar por él antes que por Lula.
La estudiante de Relaciones Internacionales Luiza Badelucci Seba, de 20 años, dijo que “es realmente triste que una persona con el pasado criminal como el de Lula sea permitido a ser candidato nuevamente”.
“Aunque Lula haya sido legalmente exonerado, está comprobado que él fue uno de los líderes más corruptos de la historia del país”, agregó.
Seba también teme por la libertad de expresión si Lula es elegido presidente. “[Lula] desea censurar fuertemente los canales mediáticos,» dijo la estudiante.
De acuerdo con un artículo de opinión de Estadão, Lula cree que los medios de comunicación no pueden publicar «lo que quieran». CNN Brasil reportó que el petista ha declarado que, en caso de ser elegido, va a retomar el proyecto de regulación de los medios electrónicos de comunicación que muchos opinan sería “inconstitucional”.
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Sin embargo, de acuerdo con la versión actualizada de su texto de propuestas gubernamentales para el mandato de 2022-2026, el partido va a “actuar para que Brasil vuelva a ser considerado un país donde el libre ejercicio del periodismo profesional sea seguro,” y promete proteger a los periodistas y una prensa libre.
El estudiante de leyes brasileño Fernando Teixeira, de 20 años, afirma que “de manera ninguna” va a votar por Bolsonaro y defiende al candidato de izquierda.
El estudiante elogió las iniciativas sociales de Lula, como el Bolsa Familia, que ayudaron tanto a la economía como los ciudadanos más pobres del país, y criticó la respuesta de Bolsonaro ante la pandemia de coronavirus, cuando llamó al COVID-19 un “pequeño resfriado”, en los medios nacionales.
Monica Dias de Abreu, un ama de casa brasileña, dijo que se niega a votar por Lula dados los antecedentes penales del candidato. “Me niego a votar en un ladrón para presidente de mi país”, zanjó.
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