Desde la primera denuncia de asesinatos múltiples en la comunidad Alal de la Reserva de Biósfera Bosawás, la Policía ha ofrecido ya tres versiones de los hechos.
Hace tres días, el 30 de enero de 2020, la institución emitió un primer comunicado de prensa (20-2003) por medio del cual confirmó el “fallecimiento de dos personas del sexo masculino, a consecuencia de impactos de bala con arma de fuego».
También aseguraron que un equipo técnico se encontraba en el lugar investigando los hechos, a pesar que el líder comunitario Gustavo Lino dijo a Nicaragua Investiga en ese momento que la Policía aún no estaba presente en el lugar.
El viernes 31 de enero, la institución publicó una información completamente diferente en la nota de prensa número 24-2020 al asegurar que «no hay evidencias de personas fallecidas», y constata solamente daños materiales al exponer la quema de «12 chozas». También indican que había dos personas heridas con arma de fuego, siendo estas Marcony Jarquin Rener y Maynor Will Fernández.
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En cambio este sábado 1 de febrero un tercer comunicado (26-2020) reconoce cuatro fallecidos. Según la policía fueron encontrados a la altura del río Kahaska kukun dicen haber encontrado cuatro cuerpos. Las víctimas eran; Jarle Samuel Gutiérrez, Juan Emilio Davis Gutiérrez, Crisantino López y Amaru Rener Hernández. Lo que indica dos víctimas más de las reportadas en la primera comunicación.
La policía también dice no tener información sobre personas desaparecidas.
La búsqueda de la policía, se centra ahora, según dice en dar con el paradero de Isabel Meneses Padilla, supuesto cabecilla del «grupo delincuencial chabelo», a pesar que los líderes mayagnas reportaron más de 80 armados en el ataque.
Dos de los mayagnas heridos durante el ataque de colonos este 29 de enero en la comunidad Alal. Foto: Cortesía
En ninguna de las comunicaciones de la Policía se ha hecho mención a las razones por las cuales este grupo atacó a esta población, que en repetidas denuncias de los líderes indígenas han dejado claro que se trata de colonos o invasores que por años los han despojado de sus tierras bajo la pasividad de las autoridades, y según han denunciado organismos de derechos humanos como el Colectivo Nicaragua Nunca +, con la complicidad de los mismos.
Braulio Abarca, Vocero de ese colectivo dijo que la policía trata de «manipular información real y desvirtuarla para desviar la atención de la comunidad internacional, de la prensa y de los organismos multilateres como la OEA, la UE, la ONU y sus mecanismos de protección a derechos humanos» y cuestionó que «el Ejército guarda silencio, calla impunemente pese a mantener permanentemente la Brigada Ecológica Militar conocida como BECO»
También consideró cuestionable el constante cambio de versiones y recuerda que no es la primera masacre de la cual es víctima la población indígena
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