Luego del asesinato de cuatro comunitarios mayagnas en Alal a manos de colonos, no ha habido ninguna intervención del Gobierno para facilitar la devolución de las propiedades tomadas por los invasores ni tampoco garantizarles protección.
Justo Jacobo, líder territorial mayagna, relató ante los medios que con dificultades lograron salir de la comunidad y viajar hasta Managua para denunciar públicamente el estado de hambruna en el que se encuentran, así como las pésimas condiciones por el desplazamiento al que fueron forzados desde el pasado 29 de enero.
«La gente no puede ni ir a su parcela a traer un banano, a traer los cultivos de a finca, porque no pueden, están amenazados y están psicoseados de todo lo trágico que pasó en la comunidad», dijo Jacobo.
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Relató que tanto adultos como niños están «padeciendo hambre» y «viviendo en champas». También dijeron que no tienen medicinas ni ningún tipo de atención gubernamental.
Jacobo además denunció que cuando los familiares de los cuatro asesinados fueron a la comunidad a recoger los cadáveres de sus familiares para enterrarlos, trataron de tomar fotos de la destrucción, pero la policía se los impidió.
El pastor de la iglesia Morava, Obando Castillo Taylor también viajó a Managua para dar a conocer al país lo que están pasando. Asegura que el recinto religioso fue arrasado por los colonos que se robaron parlantes, paneles solares y otras pertenencias, así como 80 mil córdobas en efectivo.
«Estamos muriendo de hambre y escasez de medicamentos», dijo el religioso y expresó que «más adelante no sabemos qué nos va a suceder», ya que asegura que los colonos siguen instalados en la comunidad.
Castillo pide al gobierno «una indemnización» a las familias víctimas del ataque de enero para que estas puedan reconstruir sus casas y sus vidas.
Los sospechosos «finciadores» de los colonos
Para el líder religioso Obando Castillo, es sospechoso que los colonos tengan tantas libertades ante la mirada pasiva de las autoridades.
«Llegaron con AK, llegaron con M16, llegaron con carabina ¿quién les está financiando estas armas?», se preguntó.
Por su parte Justo Jacobo dijo que estos invasores llegan a desplazarlos, llevan el propósito de montar negocios madereros o de otra índole y realizan millonarias inversiones, lo que según dicen, es una señal que hay gente poderosa detrás de ellos.
«Un pobre no puede llegar a invertir tres millones de córdobas, ¿de dónde va a sacar tres millones de córdobas un campesino pobre, un mestizo pobre?, no cabe, significa que por debajo alguien está patrocinando ese dinero, alguien lo está mandando a vivir ahí»
Jacobo pidió al gobierno que se respete la Ley de titulación de las tierras indígenas y ancestrales y se desaloje a los terceros o no originarios de sus propiedades.
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