El informe sobre libertad religiosa de los Estados Unidos no solamente revela que el régimen de Daniel Ortega, persigue a la Iglesia católica sino que también confirman que la vida de monseñor, Silvio José Báez Ortega, estuvo en peligro, sumado a una brutal campaña mediática para desprestigiar al religioso carmelita por su postura a favor de la justicia, los derechos humanos y el respeto que demandaba tenían los ciudadanos a protestar pacíficamente.
La campaña contra monseñor Báez, doctor en Sagradas Escrituras, dio el efecto que el régimen perseguía, que fue que el Vaticano trasladara de Nicaragua al religioso, a quien finalmente el papa Francisco traslado a Roma.
El informe de libertad religiosa de la Comisión Internacional para la Libertad Religiosa de los Estados Unidos (USCIRF) evidencia que la administración Ortega es lesiva contra la libertad religiosa y de culto de los católicos nicaragüenses.
Departamento de Estado informa sobre hostigamiento hacia líderes religiosos en Nicaragua
Desde el año pasado, esa comisión norteamericana del Departamento de Estado viene condenando los atropellos del gobierno de Nicaragua a las parroquias católicas, sacerdotes y feligreses cuando asisten a sus actividades de culto religioso.
Guerra entre la Iglesia y el Gobierno
La guerra de Daniel Ortega contra la Iglesia católica tuvo su origen el 9 de julio en la Basílica de Diriamba, donde varios sacerdotes, incluyendo, monseñor Silvio Báez, el cardenal Leopoldo Brenes, el nuncio apostólico, Waldemar Sommertag, monseñor, Miguel Mántica, el padre Edwin Roman y feligreses fueron golpeados y ofendidos por turbas y paramilitares afines al gobierno.
Sin embargo, la guerra del gobierno contra la Iglesia se oficializó el 19 de julio de 2018, cuando expresó ante fanáticos en plaza pública que la iglesia estaba detrás de un golpe de estado para sacarlo del poder. Desde ese momento Ortega ha expuesto la vida de sacerdotes, obispos y feligreses.
La reacción virulenta de Ortega se debía a que los obispos, le demandaban elecciones adelantadas y el cese de la represión.
El informe norteamericano revela que los fanáticos de la administración sandinista acosan los eventos religiosos, a feligreses y sacerdotes.
Monseñor Carlos Avilés expresó que los fieles no están visitando las parroquias por miedo a las represalias, un efecto de la campaña de intimidación de fanáticos y la policía.
“El gobierno ha utilizado lenguaje propio de la fe, buscó infiltrarse en parroquias y otorgó sumas de dinero para apoyar festivales para los santos patronos con el objetivo de ganar partidarios entre los devotos”, subraya el informe dado a conocer este miércoles.
Líderes religiosos atribuyen falta de unidad a «intereses» y «egoísmo»
Es común escuchar a la vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, usar un lenguaje “cristiano” donde siempre invoca a Dios y a la virgen, demandando paz, pero a la vez, descalifica a los ciudadanos que demandan la democratización de Nicaragua. Además, Murillo, también la ha emprendido contra los religiosos a quienes ha llamado “Diablos rojos, negros, incoloros”, calificativos de Murillo a los obispos y sacerdotes.
A los ciudadanos los calificado de “terroristas, vándalos, microbios, peleles, chupa sangres, hongos, chingastes y bacterias, entre otros.
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