Eduardo Ramírez Zamora estaría buscando la manera de no pasar ni un día en prisión tras el homicidio que cometió en contra del nicaragüense Otoniel Orozco Martínez en medio de una acalorada discusión por el acceso a una tubería de agua en Río Palma, Escazú, una exclusiva zona en San José, Costa Rica.
Andrés Durán, abogado defensor del autor de los disparos, dijo al diario La Teja que alegarán «estado de emoción violenta», lo cual implica un atenuante al crimen y lo que podría significar la libertad del homicida.
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Según Durán, su cliente desató su ira tras una cadena de acontecimientos iniciados hace cuatro años y llegó a su climax porque «con el señor (Otoniel) no se pudo llegar a una negociación».
El abogado costarricense Rodrigo Araya, especialista en derecho penal dijo a Telediario de Multimedios, que «el homicidio que se comete bajo una emoción violenta es atenuado y tiene una pena de hasta seis años», pero no solamente eso, también señala que con una condena como esta «le permitiría a él y a cualquier ciudadano, descontar la pena con el brazalete electrónico y esto haría que ni siquiera tuviera que ir a descontar un solo día de cárcel», señaló el penalista.
Mientras el homicidio calificado, que es lo que encaja en el tipo de crimen cometido contra Otoniel, se establece una pena de entre 20 a 35 años de prisión.
Fue «ajusticiamiento»
Araya señala que el alegato de la defensa en este caso es dificil de sostener ante un jurado, principalmente porque hay un video que muestra la actuación del acusado, la cual dice, no encaja para nada con una acción de legítima defensa.
El penalista explica que para que haya una posibilidad de alegar legitima defensa, la persona no solo debe estar en peligro inminente, sino que además, debe de utilizarse un medio razonable para contrarrestar la amenaza.
«Si una persona me lanza un puñetazo pues evidentemente la utilización de un arma podría considerarse desmedida», indica el especialista, que señala que en todo caso, se hubiera entendido que bajo esas circunstancias, Ramírez tratara de responder también a puñetazos o evadiendo o empujando a Otoniel Orozco cuando este se abalanzó sobre él.
En cambio Araya indica que el crimen tiene todas las caracteríaticas para considrarse un crimen calificado y más que eso un «ajusticiamiento».
«Es decir, que esta persona talvez a lo largo de todos estos años y por el hecho de tener varios procesos pendientes, toma la decisión de tomarse la justicia en sus propias manos, es un ajusticiamiento, no nos parece una emoción violenta en razón de que el video es clarisimo en que esta persona tiene un arma, la carga y ya en su mente existe la disposición de utilizarla», señala.
«El hecho de que esta persona inclusive se escondiera detrás de su vehículo para sacar el arma y para cargarla es el elemento que en primer lugar, descarta una actitud de emoción violenta, se nota que está actuando de manera premeditada, porque al estar cargando esta arma precisamente está analizando y decidiendo que la va a utilizar», refiere.
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Dice que aparte de todo «acribilla a balazos a la víctima» descargando 14 disparos, lo que demuestra los agravantes de premeditación, ventaja y ensañamiento, por que si hubiera sido en legitima defensa bastaba con un disparo o dos.
Araya dijo que el caso puede resolverse en un máximo de año y medio, que es el mayor plazo que la ley costarricense asigna de prisión preventiva para un sospechoso. Sin embargo, debido a la presión mediática y la conmoción que el caso ha generado en el país, cree que es posible que se resuelva pronto.