Una investigación titulada “Cómo la tecnología de vigilancia rusa está remodelando América Latina”, determinó que en Nicaragua operan las más sofisticadas de las actividades cibernéticas maliciosas bajo la supervisión directa de la seguridad del estado ruso, debilitando así la democracia.
El estudio del Instituto Jack D. Gordon de Políticas Públicas de la Universidad Internacional de Florida (FIU), elaborado por Douglas Farah, investigador en temas de seguridad nacional, expone que un complejo militar de alta seguridad en Cerro Mokorón, en las afueras de Managua, Nicaragua, hasta la fortaleza del régimen de Nicolás Maduro de Fuerte Tiuna en Caracas, Venezuela, y espacios corporativos en Santiago de Chile, hay centro de espionaje ruso.
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Pero se enfocaron en Nicaragua en este estudio, ya que es el menos explorado en la investigación existente y en la comunidad política de los Estados Unidos. “También seguimos preocupados por las operaciones de influencia maligna rusa en otros países de América Latina que no forman parte de este estudio”, afirma el autor.
“Las organizaciones criminales transnacionales —Paraguay, Honduras, Colombia y carteles mexicanos— están adquiriendo tecnología de vigilancia rusa”, contempla el estudio publicado el 27 de septiembre de 2024, que también recoge que estos actores que hacen uso de estas tecnologías debilitan la democracia y amenazan la seguridad de Estados Unidos.
Nicaragua con centros de espionaje
Según el informe, el corazón de los sistemas proporcionados por los rusos para las actividades de vigilancia es el Sistema de Actividades Operativas – Investigativas (SORM-3), es capaz de recopilar información y datos de todos los medios de comunicación y crear puntos de bloqueo móvil para interceptar y registrar inmediatamente el tráfico digital del operador y monitorear las transacciones con tarjetas de crédito.
Confidencial reveló el 25 de agosto pasado que un centro de espionaje ruso opera en base militar de Mokorón en Managua, con sistema SORM-3, que opera con la Dirección de Inteligencia Militar y Contrainteligencia del régimen de Ortega, conocida como Unidad 502, en el que únicamente tienen acceso un grupo selecto de funcionarios rusos.
“Le dan a Rusia acceso a datos militares, policiales y financieros clave en varios países del hemisferio occidental”, explica Farah, presidente de IBI Consultores.
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La investigación identificó tres formas principales en que Rusia está expandiendo su presencia digital en América Latina. La primera es a través de la colocación directa y el control de la tecnología en el terreno, como en Cerro Mokorón en Nicaragua y Fuerte Tiuna en Venezuela.
La segunda por grupos estatales y paraestatales e incorporaciones privadas. La tercera es de grupos menos visiblemente vinculados al Estado, como el Comité Nacional para la Cooperación Económica con los Países Latinoamericanos (CN CEPLA), que están patrocinados por el Estado pero no forman parte oficialmente de la arquitectura cibernética estatal rusa.
“Nuestra investigación muestra que Nicaragua es el centro más visible de la vigilancia rusa bajo el apoyo incondicional del régimen de Ortega a Putin y los lazos históricos de larga data con la antigua Unión Soviética”, afirmó Farah.
Otro centro de espionaje en Nicaragua
La investigación informa que otro centro de espionaje opaco es el “centro de entrenamiento” del Ministerio del Interior ruso en Managua, que está bajo el mando del teniente coronel de la policía rusa Oleg Surov.
El edificio es propiedad oficial del Ministerio del Interior ruso con privilegios especiales para operar en el país. En 2021, el Ministerio del Interior ruso impartió un curso de seguimiento para 20 oficiales titulado “La lucha contra la información informática”.
En septiembre de 2023, Ortega le entregó la Medalla de Honor a la Amistad Policial al coronel general ruso Oleg Plokhoi. En esa ocasión, el mandatario reconoció públicamente que el centro de entrenamiento se utilizó para “combatir mejor a los golpistas” que enfrenta su régimen y dijo que era “un reconocimiento al invaluable apoyo y cooperación brindados a nuestra Policía Nacional”.
El estudio explica que el ruso Vyacheslav Vasyagin, director de Inter EVM junto con Starovoitov y enlace clave con el régimen de Ortega en Nicaragua, era un ex oficial militar soviético que estuvo en varias “divisiones de vínculos económicos externos del Comité de Control Popular” de la URSS. Después de la caída del Muro de Berlín, se desempeñó en múltiples servicios de inteligencia, incluido el de subdirector de la notoria policía fiscal de Rusia, el FSPN, de 2000 a 2003.
Vasyagin ha encabezado públicamente numerosas delegaciones a Nicaragua, El Salvador y Guatemala. Actúa como traductor para las delegaciones rusas que visitan el país. En 2014, entregó una medalla en Managua en nombre del estado ruso a Luis Molina Cuadra, quien se desempeñó durante años como embajador de Ortega en Moscú.
Vasyagin también es un “asesor estatal activo de primera clase” para la Federación Rusa, el rango más alto que una persona puede obtener en la administración pública rusa.