Alejandro César Lacayo Noguera de 44 años, fue condenado este martes 3 de diciembre de 2024 a cadena perpetua por el asesinato de su madre, la señora Magda de los Ángeles Noguera Vega, quien al momento de los hechos tenía 77 años.
El crimen ocurrió en Villa Fontana, una zona de clase media alta en Managua, el pasado 18 de abril. Los reportes policiales indican que Lacayo llevaba 20 años maltratando física y psicológicamente a su madre.
Un joven «afortunado» que eligió un mal camino
A Alejandro César Lacayo Noguera sus padres le dieron todas las comodidades. Sus otros tres hermanos, entre estos su gemela, se destacaron por prepararse profesionalmente, por ser personas correctas, estudiosas, y muy amorosos con sus progenitores.
Su padre era el doctor Mario Ernesto Lacayo Flores, médico pediatra, fallecido a los 74 años el 2 de septiembre del 2019.
Alejandro César es todo lo contrario de sus hermanos. Desde la adolescencia fue mostrando sus adicciones al alcohol, las drogas y a los juegos de azar. Su familia hizo todo lo posible por sacarlo de esa vida. Estuvo en la cárcel, pasó por hospitales, centros de rehabilitación y congregaciones religiosas. Todo fue en vano.
Sus hermanos migraron hace años al extranjero y luego de la muerte del doctor Mario Ernesto quisieron llevarse a su mamá, sin embargo, esta siempre se negó. Dijo que quería cuidar de su hijo Alejandro.
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Una madre que perdonó
En el año 2020 ya se había reportado, que bajo los efectos de las drogas, le dio una golpiza a su madre, a tal punto que fue trasladada a un hospital. La anciana no quiso interponer denuncia contra el agresor y tampoco quiso irse con sus otros hijos.
Aquel 18 de abril las agresiones de su hijo fueron brutales. Le propinó una golpiza, luego la roció con alcohol y le prendió fuego.
La señora luchó por su vida durante 16 días en una sala de cuidados intensivos del Hospital Fernando Vélez Páiz, pero su condición era demasiado crítica.
Los medios oficialistas reportan que la condena por parricidio fue extendida por el Juzgado Primero Especializado en Violencia, que determinó que el agresor no tenía ninguna enfermedad mental y que al momento de prenderle fuego a su madre, estaba en pleno uso de sus facultades.
Se dictó una cadena perpetua revisable, es decir, que al cumplir cierto porcentaje de tiempo en prisión, el juez puede reevaluar la pena.