El papa Francisco aprovechó la celebración de La Purísima nicaragüense para pronunciarse sobre Nicaragua y llamar a un diálogo con la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo que ha orquestado la persecución religiosa más atroz de la que se tenga noticias en América Latina.
«Ojalá que la Vírgen María les abra el corazón de todos y busquen siempre el camino de un diálogo respetuoso, constructivo, a fin de promover la paz, la fraternidad y la armonía en el país», dijo el papa en el famoso angelus de todos los domingos desde la Catedral de San Pedro en Roma.
Obispos estadounidenses denuncian persecución a la iglesia nicaragüense
El papa ha mantenido un silencio diplomático sobre la dictadura de Nicaragua que ha expulsado a tres obispos (y otro que se exilio por la persecución), apresado a dos, junto a decenas de sacerdotes y cerrrado y expropiado colegios, universidades y medios de comunicación católica en una oleada sin precedentes contra la Iglesia.
Francisco invitó a los nicaragüenses a rezar y pidió oración por la Iglesia y los nicaragüenses. Hace una semana también se había pronunciado mediante una carta pastoral donde expresó que la libertad de los hijos de Dios nadie la podía arrebatar, aunque sin mencionar directamente a la dictadura.
El obispo Silvio Báez también rompe el silencio
El obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Silvio Báez, exiliado en Estados Unidos, también se pronunció sobre Nicaragua después de varios meses de «silencio prudencial». El religioso dijo que la dictadura había convertido al país en una gran cárcel.
“Ha quitado todas las libertades a la población y ha convertido el país en una gran cárcel, una dictadura criminal que persigue la Iglesia, expulsa del país a sacerdotes y obispos, encarcela a quien no piensa como ellos y ha hecho que el pueblo viva con temor, con el miedo de ir a la cárcel, de ser espiado, Nicaragua se ha vuelto un país muy triste», dijo Báez en ocasión de la celebración de la Purísima desde una iglesia en Nueva York.
«No han podido apagar la alegría que viene del amor a la Virgen, y todavía, aún en medio de la situación que vivimos, el pueblo sigue gritando esta noche: ‘¿Quién causa tanta alegría? La Concepción de María», expresó el obispo auxiliar.