Este 30 de diciembre no será un día cualquiera para los amantes del cielo. Se trata de la “Luna negra”, un curioso fenómeno astronómico en el que se produce una segunda luna nueva dentro del mismo mes. Según datos del Observatorio Naval de Estados Unidos, el momento exacto llegará a las 22:27 GMT (17:27 hora del Este), despertando la pasión de astrónomos, fotógrafos y aficionados de todo el mundo.
Durante la luna nueva, el Sol y la Luna se alinean en la misma longitud celeste (una conjunción astronómica), de modo que la cara iluminada de nuestro satélite no es visible desde la Tierra.
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Esta oscuridad total que podrá apreciarse desde Nicaragua y cualquier país del mundo, abre el telón para un cielo espectacular, con estrellas, planetas y nebulosas reluciendo sin la interferencia de la luz lunar.
En la antesala de este gran suceso, el 28 de diciembre habrá un preludio especial: una conjunción entre Mercurio y la Luna menguante, perfecta para los madrugadores que quieran intentar una cacería visual justo antes del amanecer, mirando hacia el horizonte este. Luego, durante la madrugada del 31, Mercurio volverá a
En el hemisferio norte, el invierno aporta aire frío y seco, condiciones óptimas para observaciones nítidas a través de telescopios. En el hemisferio sur, en pleno verano, el espectáculo tendrá otros matices: las constelaciones se “invierten” y surgen figuras propias como Achernar y el conjunto de La Nave (Puppis, Vela y Carina).
Para ir calentando motores, el 28 de diciembre, se podrá observar la conjunción entre Mercurio y la Luna menguante alrededor de las 23:24 (hora del Este). Aunque no será sencillo para buena parte de Estados Unidos, quienes vivan en ciudades como Nueva York podrían intentarlo poco antes del amanecer, mirando al horizonte este.
Planetas en vitrina
El 31 de diciembre, pasada la medianoche, Mercurio hará otra aparición en el cielo del sureste, mientras que Venus y Saturno se exhibirán a primeras horas de la noche en el suroeste. Más arriba, Júpiter brillará cerca de Aldebarán, la estrella más refulgente de la constelación de Tauro, ayudando a distinguir claramente al gigante gaseoso. Marte, por su parte, se dejará ver desde las 20:00 y permanecerá visible casi hasta el amanecer, ofreciéndonos una velada inigualable.
Para los amantes de la fotografía astronómica, Space.com recomienda planificar la salida con antelación: revisar mapas estelares, buscar cielos despejados y huir de la contaminación lumínica. En las noches sin luna, los contrastes se realzan y las oportunidades de capturar detalles de galaxias, cúmulos y nebulosas se multiplican.
Si quieres cerrar el año con un plan inolvidable, basta con levantar la vista y dejarte asombrar por un cielo más oscuro de lo habitual desde cualquier lugar del mundo.