El Papa Francisco expresó nuevamente su preocupación por la crisis que enfrenta la Iglesia católica en Nicaragua. En su declaración más reciente, hizo un llamado claro y contundente: que se respeten los derechos fundamentales de los nicaragüenses.
El pontífice, a través de un mensaje que escribió y que pidió que lo leyera monseñor Campanelli, lamentó la persecución que sufre la Iglesia por parte del régimen Ortega-Murillo, que ha intensificado su control y hostigamiento hacia instituciones religiosas.
Esto sucedió este jueves 9 de enero en un discurso al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, en donde dio, además, un repaso de las zonas de conflictos en el mundo.
“Pienso finalmente en Nicaragua, donde la Santa Sede, que está siempre dispuesta a un diálogo respetuoso y constructivo, sigue con preocupación las medidas adoptadas con respecto a personas e instituciones de la Iglesia y hace votos para que a todos sean garantizados adecuadamente la libertad religiosa y los demás derechos fundamentales”, leyó Campanelli como parte del mensaje del papa.
“No hay verdadera paz sin libertad religiosa”
“Efectivamente, no hay verdadera paz si no viene garantizada también la libertad religiosa, que implica respeto a la consciencia de los individuos y a la posibilidad de manifestar públicamente la propia fe y pertenencia a una comunidad”, añadió.
Las nuevas palabras de Francisco no solo reflejan apoyo a los líderes eclesiásticos, sino también solidaridad con un pueblo nicaragüense que enfrenta constantes violaciones a sus libertades por parte de la dictadura Ortega-Murillo.
Este mensaje se suma a los múltiples reclamos internacionales que exigen al régimen sandinista cesar la represión y devolver a los nicaragüenses el derecho a vivir en libertad, dignidad y respeto.
“No puedo callar ante las numerosas persecuciones contra varias comunidades cristianas, frecuentemente perpetradas por grupos terroristas, especialmente en África y Asia, ni tampoco ante las formas más “delicadas” de limitación de la libertad religiosa que se observan a veces inclusive en Europa”, agregó en otra parte de su discurso.
El régimen sandinista hostiga a la Iglesia católica nicaragüense. Se conoce que varios sacerdotes que aún continúan dentro del país están bajo vigilancia policial y acoso a sus familiares. Aquellos que se quejen de esta medida, podrían ser expulsados de Nicaragua.