El padre Silvio Fonseca Martínez tuvo que cambiar su parroquia en Nicaragua por una en Kentucky. Después de ser desterrado de su país, ahora es pastor asociado en tres iglesias en Estados Unidos y está feliz de poder seguir con su labor pastoral.
El periódico The Record informó que Fonseca Martínez llegó a la Arquidiócesis de Louisville en septiembre de 2024 y se desempeña como pastor asociado de la Iglesia del Espíritu Santo en Jamestown, dijo el padre carmelita Johnson Thekkudan.
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“El padre Johnson me ha recibido como a un hermano y la gente me ha dado una cálida bienvenida”, dijo durante una reciente entrevista en la iglesia Good Shepherd en Columbia, Kentucky, donde reside. “Estoy muy agradecido. Espero contribuir a la archidiócesis y estoy entusiasmado por ayudar en esta zona rural”.
También es pastor asociado en Good Shepherd y en Holy Redeemer Church en Greensburg, Kentucky.
Su destierro
Detenido el 29 de diciembre de 2023, luego de celebrar la misa, en la Diócesis de Managua, los agentes policiales ingresaron a la sacristía de la Iglesia de Santa Faz, para luego desterrarlo junto a otro grupo de sacerdotes el 14 de enero de 2024.
Fonseca Martínez dijo que él y los demás clérigos llegaron a Roma sin nada. Los agentes del régimen le dieron un par de zapatos, una camisa y un par de pantalones para cambiarse antes de abordar un autobús que los transportó a un avión con destino a Venezuela, de donde volaron a Portugal y luego a Roma.
“Nosotros dedicamos nuestro tiempo a predicar la Palabra y a ser fieles a la iglesia… Los sacerdotes están haciendo el bien a la gente. Yo acompañé a la gente en su dolor”, dijo. “Nunca antes habíamos visto lo que está pasando en Nicaragua. Están tratando de destruir la estructura, pero no pueden destruir la iglesia”.
Su delito para el régimen es ser católico
“Ser fieles a la Iglesia, al pueblo y al país, ese es nuestro delito”, afirmó y dijo que a pesar de la situación política en Nicaragua, extraña su tierra natal y espera regresar algún día.
Asegura que está orando para que el régimen Ortega-Murillo pueda vivir en paz con el pueblo y que “Nicaragua necesita una conversión profunda”.
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Por otro lado, afirma que hay mucho miedo entre los inmigrantes y que la comunidad hispana necesita que se la comprenda no sólo en su idioma sino también en su cultura.
“Quiero ser una voz para la comunidad hispana en la arquidiócesis, para expresar sus necesidades. Tienen la esperanza de que puedo apoyarlos”, concluyó.