En el año 2021 se puso en la mira de la dictadura cuando se convirtió en la menos pensada candidata a la vicepresidencia del país en fórmula con el ex comandante de la contrarrevolución Óscar Sobalvarro, bajo la casilla de Ciudadanos por la Libertad (CXL).

Berenice Quezada pasó así sorpresivamente de las pasarelas, donde había destacado por su papel como Miss Nicaragua 2017, a la convulsa arena política de aquellos años.

«En Nicaragua las condiciones nnunca han estado, las condiciones las pone el pueblo, ¿cómo las pone? saliendo a votar, como lo hemos hecho en las calles, como lo hicimos en 2018, como lo hicimos en abril», dijo en una entrevista transmitida por la cadena alemana DW donde se anunciaba su arresto domiciliario solo un día después de su nominación política.

Desde ese encierro y una acusación por los delitos de «provocación, proposición y conspiración para cometer actos terroristas» la Miss no fue vista más de manera pública.

Aunque muchos especulaban que le habían levantado el castigo y le habían permitido salir del país a un destierro forzoso, este fin de semana sorprendió de nuevo al aparecer desfilando para Camila Ortega Murillo, hija de los dictadores, para la ceremonia número 14 del evento Nicaragua Diseña que ella organiza y dirige con fondos del Estado.

De las protestas anti Ortega a los reflectores del sandinismo

En el año 2018 Quezada fue muy activa en redes sociales cuestionando a la dictadura y apoyando a las víctimas de la represión policial y parapolicial, que escalaron a más de 325 muertos y más de 2 mil detenidos en ese momento, de acuerdo a informes de la CIDH.

Uno de los momentos en que más se le recuerda es su apoyo a «Doña Coquito», una anciana de escasos recursos que durante las manifestaciones de abril, regaló agua a los protestantes como una forma de apoyar sus demandas.

Luego de incursionar a la politica, a Quezada se le cuestionó su anterior participación como modelo en Nicaragua Diseña, a lo que ella respondió: «Desde el 2018 yo no participo en ninguna actividad del gobierno, y no lo voy a seguir haciendo» y aseguró que con Camila Ortega «No mantengo ningún vínculo», porque si fuera así participaría en sus fiestas y en sus desfiles de moda.

Hoy, esta reina de belleza deja atrás sus promesas, como una muestra de que algo aprendió de su breve paso por el terreno político nicaragüense y elige la pasarela por la que han desfilado, con trágico final otras apasionadas de la moda, como Xiomara Blandino, nuera de Ortega y Murillo y quien se presume ha caido en desgracia y perdido todos los beneficios que en algún momento le represento emparentarse con la familia dictarorial.