Monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua y exiliado en Estados Unidos, dedicó este domingo durante la homilía por el tercer domingo de Adviento un mensaje a Cristhian David Mendieta, religioso exiliado que fue ordenado diácono la semana pasada.
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El religioso afirmó que el diaconado de Mendieta es un signo elocuente de la fecundidad de la Iglesia católica nicaragüense, que sigue viva pese a la persecución y exilio provocado por el régimen de Ortega y Murillo.
“Como diácono estás llamado a ser, ante todo, un creyente (…) Acepta con serenidad la tensión fecunda entre certeza y búsqueda. A Dios no se le posee, se le busca, esperando siempre en él con infinita confianza, aun en la oscuridad”, dijo Báez.
Según el obispo, el inicio diaconal es un regalo de Dios que no se limita a Miami, sino que es también para la Iglesia y el pueblo de Nicaragua.
Báez aprovecho la homilía para recordar que el nuevo diácono viene de un país donde se privan las libertades, no se respetan los derechos humanos y se somete a la gente con crueldad.
Periodista Nicaragua Investiga



































