Durante los últimos días se ha llevado a cabo una campaña virtual bajo el lema “nací para ser libre, no asesinada”, en el cual las mujeres han colocado un marco lila en sus perfiles como símbolo de solidaridad e indignación tras conocerse el femicidio de la joven Allison Bonilla en Costa Rica.
Pero el marco no solo ha sido utilizado en el país vecino, sino que también en Nicaragua las mujeres decidieron sumarse a la protesta virtual, logrando un notable alcance. Con solo ingresar a la red social Facebook, destaca el color morado a lo largo del inicio.
Sin embargo, la conciencia sobre la problemática no alcanza aún a todas las esferas, pues tan solo horas después de que se viralizara la campaña en Nicaragua, las burlas iniciaron a manifestarse, y pronto varios colocaron marcos con frases de desprestigio a la idea original.
Registran 42 femicidios en Nicaragua hasta el mes de julio
La psicóloga Andrea Pomares comparte que es necesario entender el fenómeno psicológico que hay detrás de la risa, pues muchas veces “reírnos de una situación es casi siempre restarle seriedad a algo que nos abruma en exceso”.
Pomares llama a estas burlas una “pequeña válvula de escape” ante temas tan delicados como lo son la violencia contra las mujeres y los femicidios.
Pero destaca la importancia de reconocer que se trata de una forma incorrecta de afrontar dichas situaciones.
Maryce Mejía, de la Red de Mujeres Contra la Violencia, destaca que las burlas sobrepasan cualquier noción de igualdad o justicia para las mujeres, y estas son una muestra de que la violencia continúa siendo normalizada y justificada.
Recuerda que en las sociedades es frecuente el “boicot” a las luchas de las mujeres pues existe “cierta complicidad machista, hay cierta violencia consiente e inconsciente”.
Mejía destaca que las burlas provienen sobre todo por parte de los hombres que suelen sentirse amenazados con las demandas, pero “denunciar la violencia y los femicidios no es odio contra los hombres, no es estar en contra de los hombres, es estar en contra de todo tipo de opresión que está dañando el cuerpo y la vida de las mujeres y las niñas”.
Campañas virtuales visibilizan el problema
Mejía comparte que, aunque este tipo de denuncias pueden resultar amenazantes para “los poderes hegemónicos”, las sociedades deben mantener el mismo ritmo de lucha en todos los espacios pues “las redes sociales se han convertido en herramientas para hacer cambio y visibilizar”.
Y este tipo de iniciativas virtuales asegura que están generando un impacto a nivel de solidaridad y de redes de apoyo con las víctimas de violencia, “estas campañas han movilizado a la gente desde la virtualidad” afirma.
“Quizás a nivel de justicia hay retrocesos por los gobiernos que tenemos, pero a nivel social, aunque son pasos lentos, vamos por el camino correcto porque la gente se está sumando a denunciar” agrega Mejía.
Asegura que a través de las redes sociales se puede lograr un cambio, «concientizando, visibilizando, desde la virtualidad».
Caso Allison Bonilla conmociona las redes
La joven Allison Bonilla, de 18 años, fue reportada como desaparecida desde el pasado 4 de marzo, y desde entonces no había rastros de avances en su caso. Hasta que este pasado 3 de septiembre su vecino, de apellido Sánchez, confesó haberla violado, y posteriormente asesinado y arrojado su cuerpo en un basurero clandestino de Cartago.
El cuerpo de la joven continúa sin ser encontrado por las autoridades.
Los retos de los familiares de víctimas de femicidios
El sospechoso, Sánchez Ureña, ha recibido seis meses de prisión preventiva por el crimen.
Durante el fin de semana varias mujeres se manifestaron en demanda de justicia para Allison y el resto de víctimas de femicidios en Costa Rica, los cuales continúan presentando considerables cifras.
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