La Iglesia católica de Nicaragua ha mostrado su preocupación por los acontecimientos «oscuros» que atraviesa el país en el panorama económico, social y político. En un claro mensaje emitido por la Comisión de Justicia y Paz de Managua, destacó que la sed de poder es un virus peor que el COVID19.
«Si hoy es preocupante en nuestra nación, como lo es también en el resto del planeta, la permanencia del coronavirus, lo es mucho más la permanencia de otro virus endémico en nuestro país, como es la sed de poder a cualquier precio«, reza el comunicado de la Iglesia católica.
Manifiestan que en vez de encontrarse soluciones a la problemática del país, «vemos aparecer cada vez más sombras oscuras en el panorama social, económico y político, tales como las medidas tributarias deshumanizadas que ignoran la situación de pobreza y miseria de la mayoría de la población».
Apoyo a los pobres pero no comparten el enriquecimiento personal
Los religiosos recuerdan su apoyo a aquellos que reclaman sus derechos de forma justa y cívicamente. «Lo que no podemos es compartir la visión de aquellos que consideran la nación como un botín para la gloria y enriquecimiento personal y no como escenario lleno de problemas a resolver», exhorta la iglesia católica.
Señalan que la embriaguez y el ansia de poder es una conducta aberrante: «es una droga que muchos personajes de la vida política no tiene firme carácter necesario para contrarrestarla», insiste la jerarquía católica que han mantenido una tensa relación con el gobierno del presidente Daniel Ortega por las represión de abril de 2018.
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«Reiteramos nuestra solidaridad y oraciones por los presos políticos y sus familiares. Oramos por tantas mujeres que han sido asesinadas por sus compañeros de vida», se lee en otra parte del mensaje.
Ortega ha desatado una retórica de ataque hacia los obispos después del estallido social de ese entonces. Los religiosos han sido el blanco del mandatario sandinista, y los ha acusado de usar algunos templos para supuestamente esconder las «armas».
«Yo pensaba que eran mediadores, pero no», fustigó Ortega. «Estaban comprometidos con los golpistas, eran parte del plan de los golpistas», los señaló luego que los religioso participaran en el Diálogo Nacional como testigos y mediadores.
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