Cristhian Castillo, es uno de los pocos jóvenes que desertó de las filas de los movimientos juveniles formados por la vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo; él asegura que el 18 de abril de 2018 anduvo impidiendo la marcha de los jubilados y activistas en la ciudad de León, pero jamás se imaginó que la orden era atacar físicamente a los manifestantes.
“Fui, participé; pido perdón, había una amenaza de caer preso sino lo hacía” declaró el joven.
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Iniciando este año Castillo desea regresar a ciudad natal, considerando que necesita estar en el país porque es un año crucial para él, su familia y para todos los nicaragüenses “en este 2021, un año electoral tengo mucho deseo de retornar, y ejercer mi voto pero sé que poniendo un pie en mi terruño mi vida corre peligro, por amenazas de muerte que he recibido por parte de Camilo Báez, chavalos de la Juventud Sandinista y de otros operadores políticos” cuenta a Nicaragua Investiga el disidente.
Cuando se negó la segunda vez a reprimir el escenario se puso tenso para Castillo,”me dijeron directamente que me iban a matar en la casa del partido rojinegro, lo cual me obligó a salir de Nicaragua el 1 de agosto de 2018”.
La condición del entrevistado es diferente a la de un líder o manifestante en contra del gobierno que nunca formó parte de las diversas estructuras juveniles del oficialismo, explica a este medio el experto seguridad social Francisco Ríos.
“Una de las filosofías del partido del Frente Sandinista es que no perdonan la traición, es por ello que los jóvenes que militaban en esta estructura política y se desertan, se convierten en un blanco y le pasan la cuenta; los escenarios son diferentes para un manifestante de afuera que de uno que estuvo en sus filas” asegura Ríos.
De acuerdo a el ex militante espera regresar al país cuando ya no esté en el poder ejecutivo Ortega-Murillo y cuando desaparezcan de raíz los llamados “Cadejos de la Revolución”.
Castillo añora ejercer su voto este año. Al no poder estar en el país, pide que la oposición nicaragüense presione para que se crean las condiciones donde los exiliados puedan votar desde cualquier punto en que se encuentren.
Nicaragua celebrará elecciones presidenciales el próximo 7 de noviembre. El FSLN aún no ha presentado oficialmente a su candidato aunque se espera que Daniel Ortega aspire al cargo por octava vez consecutiva.
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