La vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, dirigió este miércoles sus insultos e infundadas acusaciones hacia el gremio periodístico que no está bajo su control, y que desde el 2018 ha informado la brutal represión del gobierno sandinista contra la oposición.
“Seres no de bien, seres de mal, de maldad, que se dicen todavía periodistas, eran capaces de usar las cámaras, de usar la frecuencia que el mismo pueblo les garantizaba, para transmitir, para disponer a la muerte”, manifestó en referencia a las coberturas de las protestas de hace tres años.
“Anunciaban eventos, llegaban ellos primero con sus cámaras y se disponían a ver matar y morir”, expresó Murillo.
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El ataque verbal de la vicepresidenta ocurre cuando los comunicadores independientes de Nicaragua conmemoran el Día Internacional del Periodista, ya sea exiliados, bajo las constantes amenazas del gobernante Frente Sandinista o encarcelados —como son los casos de Miguel Mendoza y Miguel Mora—.
“Que clase de buena voluntad puede ser esa, de amor cristiano, porque se dicen cristianos además”, dijo Murillo, reiterando la acusación a los periodistas de “difundir a su antojo” información de muertes “para trasladar la imagen de un país que ellos habían atacado”.
Según la primera dama, “algún día” estas serán las “historias verdaderas” que se contarán en Nicaragua sobre lo que sucedió hace tres años.
En su alocución, Murillo reiteró la frase “con la paz no se juega”, que suele dirigir siempre de manera amenazante hacia la oposición.
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Ataca a sacerdotes
Rosario Murillo también dijo haber hablado con pobladores de la comunidad indígena de Monimbó, en Masaya, uno de los principales focos de las protestas del 2018. Según ella, los monimboceños ni conocían a las personas que protestaban.
La vocera estatal también aprovechó para volver a arremeter contra los sacerdotes de la Iglesia Católica, tachándolos de «diablos», sirvientes de «satanás», » visionarios de la maldad» y «profetas del odio».
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