Eduardo García visitó junto a su novio el centro recreativo Paseo Xolotlán, en Managua, este 11 de octubre, sin imaginarse que iban a ser víctimas de «discriminación» y «homofobia» por parte de varios guardas de seguridad de dicho local, quienes se acercaron para exigirles que se retiraran del lugar porque supuestamente estaban cometiendo «actos indebidos».
«En un momento, mi novio me dio un beso, cerca de un guarda de seguridad; él (el guarda) nos miró y, entonces fue a decirnos que nosotros debíamos retirarnos del lugar porque nosotros estábamos haciendo “actos indebidos”. Yo le respondí que un beso no es un acto indebido y que, ante las leyes en Nicaragua, ser homosexual no es un delito, ni un crimen, mucho menos darse un beso con un novio o una novia de cualquier persona», dijo García a Nicaragua Investiga.
Comunidad LGBT+ sin protección ante acciones de discriminación
El joven les cuestionó a los guardas de seguridad del local sobre la postura que tuvieron únicamente con ellos y que, incluso estaban ignorando que cerca de la zona donde se encontraban había más parejas heterosexuales y que no tomaron la misma posición como lo hicieron con ellos.
Ante el cuestionamiento de García a los agentes de seguridad, estos le contestaron que se debía a que ellos eran «dos varones» y que «el resto era pareja de hombre y mujer».
«Yo le dije a los señores que eso se llamaba homofobia y discriminación y que en el lugar no existía ningún rótulo que dijera que nosotros, las personas homosexuales, no podíamos estar o entrar en ese lugar. También le dije que era un lugar público y que ellos no podían echarnos de ahí. Los señores continuaron diciendo las mismas cosas», refutó García.
Como defensa, García empezó a gabar cuando los siete guardas de seguridad empezaron a obligarlos a salir del centro de recreación.
«Cuando ellos llegaron yo les dije que los iba a grabar porque yo quería tener una evidencia de lo que estaba ocurriendo para denunciar en la administración de ese lugar lo que estaba sucediendo ya que me parecía que era algo discriminatorio, algo homofóbico e intolerante», indicó.
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Acoso continuó, incluso después de expulsarlos
El joven indicó a Nicaragua Investiga que el acoso por parte de los agentes de seguridad del Paseo Xolotlán continuó incluso cuando ya habían abandonado el lugar. Los guardas empezaron a gritar improperios y a dirigir ofensas directas en contra de la pareja.
«Cuando ya íbamos para afuera, ellos empezaron a gritarnos cosas vulgares, empezaron a estarnos silbando, a decirnos “princesitas” y cosas así», añadió.
Denunciaron ante la administración del lugar
Este miércoles, el joven ofendido se dirigió a las oficinas administrativas del Paseo Xolotlán para interponer la denuncia ante las autoridades que administran el lugar, sin embargo, recibió la negativa por parte de agentes que se ubican en la caceta en el Puerto Salvador Allende.
García insistió en interponer la denuncia, ante esto, fue recibido por el jefe de seguridad del centro recreativo a quien le proporcionó la evidencia recabada durante el ataque de los oficiales y este pidió disculpas por el comportamiento de sus colegas.
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Nicaragua «no es un país donde se respete la diversidad sexual»
García, tras la experiencia vivida este martes en el Paseo Xolotlán, indicó que considera de que Nicaragua «no es un país donde se respete la diversidad sexual, mucho menos los derechos y las libertades individuales de la comunidad LGBT, ya que, esto que sucedió es algo de muy mal gusto».
El joven considera hay un estado de impunidad ante las violaciones a los derechos individuales y la discriminación en el país, porque al interponer la denuncia no hay una diligencia o las autoridades realizan tramites burocráticos para que las personas abandonen el caso y no sigan con la denuncia.
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