Haber aumentado la producción de maní el año pasado en comparación con el 2021, fue un motivo de celebración para la segunda del régimen, Rosario Murillo, sin embargo, reprochó que no se reconozca estos logros económicos.
Detalló que en 2022 la producción de maní fue de 4.9 millones de quintales, con cáscara, 9% superior a la producción del 2021, y un sobrecumplimiento de 8% en relación a la meta del mismo Plan de Producción y que el área total de maní cultivado es de 70,000 manzanas, ubicadas principalmente en León y Chinandega.
Según ella, las exportaciones han crecido 3.4% en valor en relación al año anterior, y se ha generado un ingreso a la economía nacional de 107.1 millones de dólares.
“Esa es la verdad, la ‘verdad verdadera´… Esa es la realidad que no se puede ocultar, no se puede ignorar… Esa es la realidad que la prepotencia quiere ignorar, quiere ocultar, pero ahí está a la vista de todos. Y gracias a Dios por esa bendición, esa fortaleza, esa capacidad de trabajo que tenemos para ir adelante, en una Nicaragua que es de todos, donde vivimos creando, cada día, el bien de todos”, celebró Murillo.
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Sin embargo la otra cara de realidad, se refleja en los miles de nicaragüenses abandonado el país, unos por la persecución gubernamental y una buena parte por asuntos meramente económicos, puesto que consideran que no hay condiciones para vivir.
En ese sentido un economista nicaragüense, que prefirió el anonimato, lamentó la perdida de mano de obra nicaragüense calificada y semicalificada, en edades que oscilan entre los 18 y 40 años, por la misma situación de la pérdida de poder adquisitivo para sus hogares.
“O sea la migración ha sido mayor que en la década de los 80, a pesar de la guerra que hubo, y hoy no hay conflicto armado, lo que hay es una crisis económica y social que ha hecho mella en los hogares nicaragüenses, y Nicaragua sigue sufriendo por la tasa de desempleo más grande de América Central”, afirmó.
Recalcó que a raíz del estallido de crisis socio-político en abril de 2018, sumado a la llegada del Covid 19 y la tardía reacción del gobierno sandinista en este tema, la fuerza laboral del país tuvo que emigrar para buscar mejores horizontes económicos
De modo que la carestía de la vida mantiene ahogados económicamente a la población nicaragüense, pues las mismas cifras del Gobierno reflejan que el año pasado se registró una tasa de inflación de 11. 59 %, y el precio de la canasta básica entre 2021 y 2022 se ha encareció en 4 mil 459 córdobas. Hasta diciembre de 2022, la canasta básica rondaba en 18 mil 981.55 córdobas.
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