Abril de 2018 fue un parteaguas para el joven Alejandro Moraga, pues desde esa fecha comenzó a ver la vida con otra perspectiva, más aterrizada y más humana, y después de participar en los tranques de Niquinohomo y Monimbó, se ha dado cuenta que Nicaragua no ha dejado de sangrar.
Ahora, al preguntarle qué opina sobre lo ordenado por la dictadura Ortega Murillo de decretar el 19 de abril como “el Día de la Paz”, Moraga solo ríe irónicamente y asegura que este decreto solo es parte de mentes desquiciadas que viven en constante negación de lo que la historia les va a cobrar.
“Son tácticas desesperadas del régimen por borrar de la memoria colectiva los sucesos del 19 de abril (de 2018), cosa que no lo hará nunca. Ya han querido vendernos una falsa paz, con supuestas amnistías, con elecciones supuestamente libres, ya el pueblo se quitó esa venda de los ojos y sabe que todas las acciones de la dictadura están encaminadas al teatro político”, asegura el muchacho.
Ortega ordena a la Asamblea declarar el 19 de abril «Día Nacional de la Paz»
Agrega que nada borrará de la memoria de todo un pueblo, los crímenes que el régimen cometió y continúa cometiendo, porque han dejado heridas difíciles de sanar.
Psicología invertida
“Ana” es una exatrinchera de una de las universidades de Managua. Ante la misma pregunta, contesta sin titubear que esa declaración no es más que parte de la psicología invertida de Murillo, porque le tiene pánico a esa fecha, la cual la hizo temblar. Afirma que el día que se aplique la justicia, ella querrá que todo se haga en paz.
“Pero al final será el mismo pueblo el que decidirá cómo vamos a nombrar ese día, porque el 19 de abril será una fecha de sentimientos encontrados. Muchos vamos a celebrar con mucho orgullo, y otros van a llorar por toda la sangre que dejó regada el sandinismo desde esa fecha”, sostuvo.
El profesor Gabriel Putoy, quien se sumó a la lucha cívica y protestas antigubernamentales en Monimbó, reiteró que la paz únicamente se alcanza promoviendo la libertad y la justicia, y no violando los derechos humanos de los críticos al gobierno.
“Para los opositores reconocemos el 19 de abril como el día del orgullo patriótico, como el día de la memoria nacional, la insurrección cívica de los nicaragüenses, por lo tanto, ese anuncio del régimen es ofensivo para el pueblo porque irónicamente quienes alzaron el acero de la guerra fue la misma Rosario Murillo al ordenar que iban con todo, y desangró a Nicaragua”, expuso Putoy.
Rosario Murillo se refiere a la paz de las tumbas
Para el activista Félix Maradiaga, la dictadura lo que quiere es la paz de los sepulcros, que es el silencio que trae la muerte, la cárcel y el destierro, pero sostiene ese “tipo de paz” no es la que quiera la gran mayoría de los nicaragüenses, sino una paz con justicia y libertad, que es la única paz verdadera y sostenible.
“Ciertamente los nicaragüenses queremos la paz, pero ese llamado desde el régimen no tiene credibilidad, mientras los propios actos de la dictadura dicen todo lo contrario”, acentuó Maradiaga.
Desde abril de 2018 organismos defensores de derechos humanos, tanto nacionales como internacionales, han documentado más de 300 asesinatos producto de la represión estatal, miles de exiliados, centenares de encarcelados y lisiados. Ante ello, Estado de Nicaragua ha sido acusado de crímenes de lesa humanidad, que esta la fecha siguen en total impunidad.
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