En un encuentro que sostuvo este sábado con Luo Zhaohui, presidente de la Agencia China de Cooperación Internacional para el Desarrollo (CIDCA), el dictador Daniel Ortega aprovechó para arremeter contra la Iglesia católica, Estados Unidos y hasta Taiwán.
Ortega arremetió contra todo el clero religioso de la Iglesia católica, pero sus vejámenes fueron dirigidos particularmente a la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), monseñor Abelardo Mata, ya retirado, y al obispo Rolando Álvarez a quien mantiene preso en las mazmorras de “La Modelo” bajo una condena de más de 26 años de prisión por el supuesto delito de “traición a la patria”.
“Tenían de vocería a algunos líderes religiosos no todos, algunos líderes religiosos, como el famoso obispo de Estelí, cuyo nombre dice mucho, monseñor (Abelardo) Mata, era de los que atacaban abiertamente al gobierno cuando estábamos en la época de convergencia; otro obispo, como el de Matagalpa (Rolando Álvarez) se dedicaba a andar boicoteando y saboteando las actividades económicas y productivas en Matagalpa, y así habían unos cuantos sacerdotes que no aceptan la revolución porque venían del somocismo y porque son agentes del imperialismo”, arremetió Ortega.
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Contra Estados Unidos y la Unión Europea
La siguiente daga envenenada fue dirigida, como de costumbre, hacia Estados Unidos, a quien acusó de tener intenciones de “tomarse Nicaragua” y hasta aseguró que habrían financiado el supuesto golpe de Estado de 2018 con un aporte de 1,000 millones de dólares.
“Los Estados Unidos siempre han querido controlar a Nicaragua, tomarse a Nicaragua, ocupar Nicaragua. Continúan con sus planes, continúan conspirando, financiando con mil millones de dólares los instrumentos de la agresión y la guerra que ellos preparan para intentar de nuevo un golpe de Estado, pero el pueblo está convencido que eso ya no se puede permitir, no se puede repetir”, vociferó el dictador.
De las arremetidas tampoco se escapó la Unión Europea a cuyo bloque señaló de “imperialistas históricos” y de “sumarse” al supuesto golpe de Estado, que según él “gracias al pueblo, ese golpe fue abortado”.
Negó las nuevas aprehensiones de opositores
Afirmó que organismos norteamericanos y europeos “mantienen una campaña de infamia, calumnia” con la que pretenden, supuestamente, debilitar a Nicaragua.
Las nuevas aprehensiones de opositores fueron negadas por el dictador y ante las constantes denuncias internacionales que piden la liberación de más de 30 presos políticos, Ortega retó a quienes hacen dicho llamado.
“Hemos tenido paciencia, y se empezó a capturar a los que ya andaban organizando planes para poner bombas y organizar ataques contra carteles, teníamos más de 200 presos, que ellos llamaban presos políticos, que no eran más que terroristas; entonces en febrero, como los EE. UU. son los que más gritan por los presos políticos les dijimos llévenselos, ahí están, mandaron un avión y ahí se fueron los 222, y ahora están inventando que hay más presos políticos, les digo a esos gobiernos junto a los EE. UU. que nos pasen la lista que ahí se los vamos a mandar“, alegó Ortega.
Virulento ataque contra Taiwán
En su intervención al dictador se le olvidó el apoyo que recibió durante años de parte de Taiwán, especialmente de la jugosa suma de dinero aportada para la construcción del Estado Nacional y cuyo monto fue utilizado para la construcción de viviendas. Taipéi también recibió su estocada al igual que Belice y Guatemala. A los dos países centroamericanos los acusó de bloquear la entrada de Rusia como país observador en el Sistema de Integración Centroamericana (SICA).
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Ortega acusó a Taiwán de enviar armas a Nicaragua por supuestas órdenes de Estados Unidos durante la guerra civil con “la Contra” en 1980. “Hoy está más claro que nunca que Taiwán es una base militar. Esa base militar que se llama Taiwán o Taipéi, esa base militar tiene que ser retirada, expulsada del SICA“ y por ello, exigió la expulsión de este como país observador en dicho organismo.
Tras la abrupta ruptura de relaciones con Taiwán y las florecientes con China, el dictador catalogó de “absurdo” que el SICA siga manteniendo contacto con Taipéi cuando solo dos países de la región tienen vínculos con él, mientras el resto (Costa Rica, República Dominicana, Panamá, El Salvador, Honduras y Nicaragua) las tenga con Pekín.
Acusa a Guatemala y Belice de bloquear entrada de Rusia
“Somos seis países, queda solo, ya Guatemala y Belice que lo que tienen es una relación con una base militar yanqui, ahí no hay ningún estado, ningún gobierno”, refutó.
En esta ocasión, Daniel Ortega, dirigió sus embestidas a los gobiernos de Alejandro Giammateei, en Guatemala y Juan Antonio Briceño, Primer Ministro de Belice, a quienes acusó de “querer bloquear la incorporación como observador, que ya fue aprobada por los presidentes del SICA, de la Federación de Rusia, todos tenemos relaciones con la Federación Rusia, vamos a plantear que no se puede revertir una decisión ya tomada”.
Para que Rusia entre al Sistema de Integración Centroamericana, el dictador nicaragüense planteó “revertir la presencia de Taiwán en el SICA que ya no tiene razón de ser porque es una base militar yanqui que está incrustada en un sistema de asociación que es de Estados independientes y autónomos de la región Centroamericana”.
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