Con un avance del 60 por ciento, se construye un nuevo edificio dentro de la estructura donde funciona el Complejo Judicial de Managua, mismo lugar donde actúa el brazo represor de la dictadura Ortega Murillo en contra de religiosos, críticos, opositores, activistas y periodistas independientes.
El edificio contará con dos plantas, donde tendrá 9 salas de audiencias y 12 salas de mediación, atendidas por personal de la Dirección de Resolución Alterna de Conflictos (Dirac), oficinas del Ministerio Público y la Defensoría Pública.
Berman Martínez, funcionario administrativo del Complejo Judicial de Managua, informó a medios oficialistas que la modernización de este edificio es para que los usuarios puedan ser atendidos de forma más rápida y que se tramitan más casos de forma diligente.
Un regalo para jueces represores
Sin embargo, para el abogado Danny Ramírez, secretario ejecutivo del Centro de Asistencia Legal Interamericano en Derechos Humanos (CALIDH), esta obra es una bofetada para los nicaragüenses que han sufrido el ataque sistemático de la dictadura sandinista y que más bien deberían de escuchar las demandas de memoria, verdad, justicia y reparación de las víctimas.
“Este es una especie de regalo, una condecoración para los funcionarios judiciales que han sido leales en el proceso que les toca. Son el brazo represor legal en los crímenes de lesa humanidad, porque ahí se han violados los derechos humanos de las víctimas Eso será una oficina más del poder Ejecutivo”, criticó Ramírez.
Acentuó que, aunque construyan un edificio judicial con lo más moderno, esto no va a borrar todos los exabruptos y adefesios jurídicos que han cometido los funcionarios judiciales, especialmente los penales, en contra las personas presas políticas de Nicaragua.
Vendiendo una cara bonita
“Están vendiendo una cara bonita, es fachada”, así ve esa construcción la activista de derechos humanos, Yonarqui Martínez. “La garantía del acceso a la justicia no se marca con infraestructuras. Se tiene un edificio, pero no son justos en acciones y decisiones, (porque) actúan de manera irracional”, indica.
Valora que más que un edificio bien equipado, un verdadero sistema judicial brinda confianza seguridad y sobre todo protege a sus ciudadanos, porque explica que no se puede administrar justicia de manera errónea vendiendo una cara bonita de un inmueble nuevo.
“Los usuarios necesitan que los jueces den libertad a los inocentes y cárcel a los criminales, que las causas sean expeditas, que se respeten los plazos procesales, y sobre todo, los derechos humanos de inocentes”, recalcó la abogada.
Complejo seguirá siendo «como la casa del terror»
En esa misma sintonía se expresó Gonzalo Carrón, del colectivo de derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, al matizar que esa infraestructura seguirá siendo como “la casa del terror”.
“Solamente digo que no significa nada para su labor esencial que es impartir o administrar justicia. Pueden tener o construir los mejores palacios del mundo, pero sin contenido de justicia, siguen siendo parte de la maquinaria represiva y de terror”, sentenció Carrión.
Entre las características que debe tener un sistema de justicia, según el exfuncionario judicial, Yader Morazán, está la vocación de servicio hacia la población, que sea imparcial, independiente y autónomo.
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La justica no la hace un buen edificio
“El Poder Judicial ha venido implementándo lo que le llaman la gestión de despacho a nivel nacional, para eso, ellos adquirieron un nuevo sistema computarizado de tramitación de las causas, a través de la firma española INDRA, que le costó al Poder Judicial 1.8 millones de dólares, y a través de ese sistema han ocultado información y causas de los presos políticos”, sostuvo Morazán.
Apuntó que no es un buen edificio lo que hace de la administración de justicia un buen servicio, sino que es la actuación de sus servidores públicos.
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